La Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Austral de Chile extiende un caluroso saludo a las/los ingenieros durante este 14 de mayo, considerado por el Colegio de Ingenieros de Chile como el Día Nacional de la Ingeniería. Si bien esto es algo simbólico, es una oportunidad de ratificar la importancia que tiene la Ingeniería en el desarrollo de un país.
También es simbólica la fecha escogida, ya que corresponde al día siguiente al Terremoto Magno, que azotó la ciudad de Santiago de Chile el día 13 de mayo de 1647. Ese día, el 14 de mayo, fue necesario comenzar con una serie de reconstrucciones y reparaciones para volver a funcionar como ciudad, donde los proyectos de ingeniería fueron fundamentales.
Esperamos que este acto simbólico ayude a mostrar la importancia que tiene una buena ingeniería en el desarrollo de un país, en particular en lo que se refiere a tecnología, y que sea un paso que nos permita seguir trabajando en esa línea.
Día Nacional de la Ingeniería
Con fecha 6 de abril de 2009 ha sido publicado en el Diario Oficial de la República de Chile Nº 39.331, el Decreto del Ministerio del Interior que instituye en Chile el día 14 de mayo de cada año, como el Día Nacional de la Ingeniería.
Este reconocimiento oficial responde a la solicitud formal que nuestra Orden hizo al Supremo Gobierno, a través del Ministro del Interior Sr. Edmundo Pérez Yoma, con fecha 4 de febrero de 2009, por acuerdo del Consejo Nacional.
La selección de esta fecha deriva de un estudio de diversas alternativas evaluadas por la vicepresidencia del Colegio, y corresponde al día siguiente al 13 de mayo, fecha en que en 1647 toda la zona central del país fue destruida por un gran terremoto, recordado como el terremoto magno. La historia recoge que a partir del día siguiente, en medio de la desolación y réplicas del sismo, se organizaron los vecinos para reconstruir la ciudad. Se construyeron nuevas obras de captación de agua, se repararon viviendas, se reconstruyeron el hospital y la cárcel y se levantaron los molinos derrumbados, comprendiendo una gran cantidad de proyectos de ingeniería que hubo que planificar y ejecutar, a la vez que se acordaron las políticas de financiamiento para llevar a cabo las obras, sin depender de la ayuda externa.
Toda esta labor, iniciada el mismo 14 de mayo, se realizó por los hombres y mujeres sobrevivientes, con singular energía y entereza, cooperando también los regidores y oidores, conforme anota la historia, y se estableció un mecanismo de aportes voluntarios en dinero para solventar las obras, que luego derivó en los primeros impuestos establecidos en el país.