Daniela Talpen Cardénas es arquitecta y Diplomada en Diseño del Paisaje, ambos por la Universidad Austral de Chile (UACh). Actualmente, se desempeña en la oficina de arquitectura Lugar Común, y en su tiempo libre es voluntaria activa de la ONG AFS Programas Interculturales Chile, organización que se destaca en aprendizaje ICL (Intercultural Learning).
Ha participado en diversos seminarios, talleres y cursos, entre los que destacan «Aproximaciones al Paisaje: registros e interacciones”, taller “Resiliencia Urbana al cambio climático en Valdivia, Chile”, Curso Internacional de Verano ARQ500 “Arquitectura del Paisaje Resiliente: Diseño para Estuarios y Bordes Costeros Urbanos”, Conferencia Regional 2019 IFLA AR-UCEN-ICHAP “Paisaje: Educación y nuevos paradigmas frente al cambio climático”, entre otros.
Su interés por la arquitectura nació mientras estaba en el colegio y buscaba una carrera que pudiera unir las dos áreas que más le gustaban, y que parecían no ser muy compatibles: las artes y las matemáticas. “Me puse a pensar cómo combinar ambas cosas. En esa búsqueda, conocí las obras del arquitecto Gaudí y me encantó la arquitectura. Ya más adelante, mientras estudiaba la carrera, descubrí el área que a mí me gusta, que es el paisajismo”.
¿Cuál crees que es el rol de la arquitectura y cómo puede contribuir a la sociedad?
Creo que los arquitectos podemos integrar distintas cosas en el cotidiano de las personas para mejorar su calidad de vida, que en el fondo es el rol de esta profesión, a través de factores que son interdisciplinarios como lo social, lo antropológico, lo ambiental, etc. Y después áreas que tienen que ver con la creación y el diseño como los colores, texturas, sensaciones, atmósfera, etc.
Estas mismas áreas, a mi parecer, son el potencial de la UACh, primero el área del diseño, aprender a abstraerse, a ser creativos, y después tener una mirada un poco más poética o antropológica. En Arquitectura siempre nos hicieron pensar en lo social, teniendo en cuenta que antes de crear una casa, por ejemplo, teníamos que investigar en terreno quienes eran las personas que la iban a ocupar, que hacían, cómo era su cultura, etc.
¿Qué le recomendarías a los estudiantes que quieren ingresar a la carrera?
Les recomendaría que ingresen pensando que tienen que romper un poco el esquema, porque muchas veces no estamos preparados para diseñar desde pequeños, al menos desde la dimensión del arte o la creatividad, así que no teman equivocarse.
En esta carrera hay que abrir la mente, abstraerse y tener el foco y la vista en todas las disciplinas posibles para conectar con lo social, lo medioambiental, lo cultural, etc.
Y además, lo más importante es que la arquitectura es una profesión y una herramienta para solucionar muchos temas que tienen que ver con mejorar la calidad de vida de las personas. La carrera es muy versátil, hay diversas áreas como el diseño de monumentos, el patrimonio, arquitectura antropológica con otras culturas, lo sustentable, eficiencia energética, etc.
El paisajimo como conexión entre el medioambiente y el ser humano
Daniela Talpen se tituló de Arquitectura con la tesis “Control de inundaciones a través de canales. Paisaje Resiliente”. El proyecto de paisajismo fue desarrollado en el sector Beneficencia de Valdivia, buscando la solución arquitectónica al problema de las inundaciones gracias al contexto, principalmente topográfico e hidrográfico, y los elementos del paisaje que éste posee.
Posteriormente, ingresó al Diplomado en Diseño del Paisaje de la UACh, que imparte la Facultad de Arquitectura y Artes.
¿Cómo descubriste que te gustaba este enfoque de la arquitectura y por qué decidiste estudiar el Diplomado en Diseño del Paisaje?
Para mí, el paisajismo es la conexión entre el medioambiente y el ser humano, es una transición donde podemos integrar diferentes elementos del día a día de las personas. En el pregrado tenemos paisajismo, pero no profundizamos mayormente, así que el diplomado me sirvió para complementar mis intereses, estudiamos temas históricos y culturales del diseño del paisaje, condiciones geográficas y climáticas, y procesos ecosistémicos, entre otras cosas. Fue una herramienta muy buena para mí desde el punto de vista formativo, logró abrirme la mente y cambiar mi enfoque.