La electromovilidad moderna llegó para quedarse. Moderna porque la electromovilidad, como tecnología, no es actual: el primer prototipo de automóvil fue eléctrico. Sin embargo, los sistemas de propulsión eléctrica fueron rápidamente reemplazados por la tecnología que, hasta el día de hoy, se usa mayoritariamente: los motores de combustión interna.
Aun así, la electromovilidad nunca dejó de existir. El Metro de Santiago o el Biotrén de Concepción son algunos ejemplos nacionales donde la electromovilidad es parte de nuestra rutina.
Hoy, principalmente como medida de adaptación frente al cambio climático, la electromovilidad llegó para quedarse en el transporte terrestre urbano: buses, micros, autos particulares, etc. Por ejemplo, algunos países pronto dejarán de comercializar vehículos terrestres con motores de combustión interna y Chile no quiere quedarse atrás. La mayor flota de vehículos eléctricos en Chile corresponde a Red (Santiago), y existen varios programas para la electrificación del transporte público en otras ciudades. Seguro usted ya ha visto los colectivos eléctricos en Valdivia.
Pero la electromovilidad, como se interpreta directamente, se refiere a movilidad eléctrica, donde también cabrían, por ejemplo, camiones, buses interurbanos e incluso embarcaciones. De hecho, Valdivia es la única ciudad en Chile en tener un transporte público fluvial totalmente eléctrico.
La electromovilidad trae nuevas oportunidades de investigación, desarrollo e innovación. Por ejemplo, los vehículos eléctricos casi no requieren mantención, pero reemplazan sus baterías, en promedio, cada 5 a 10 años. Es decir, debemos prepararnos, por un lado, a ser capaces de reemplazar las baterías localmente y, por otro, a reutilizar las baterías para, por ejemplo, almacenamiento eléctrico para sectores rurales. Asimismo, un vehículo eléctrico requiere, en promedio, 10 veces la potencia de una casa. Es decir, nuestras redes eléctricas deben asegurar recibir este aumento de demanda minimizando el impacto en la tarifa eléctrica para los usuarios finales.
La electromovilidad moderna llegó para quedarse y debemos prepararnos para ella. En pocos años veremos nuestras calles, ríos y mares llenos de vehículos eléctricos. Preparémonos para que este cambio tecnológico sea fácilmente adoptable y con el menor impacto en los costos de vida de las personas. La UACh, como siempre, está lista para aquello.