Una impresionante demostración de las posibilidades sonoras de la guitarra y de las mil y una formas de tocarla, fue lo que presentó ayer el legendario guitarrista británico, Fred Frith, en su tercera visita a Chile.
Con una puesta en escena muy simple, sólo con su guitarra, una mesa con decenas de implementos para sacarle sonidos inimaginables y algunos efectos que manipulaba a pies descalzos, realizó dos improvisaciones libres junto a su esposa, la artista visual Heike Liss, quien improvisaba con imágenes y dibujos, en base a lo que se escuchaba.
La jornada partió pasadas las ocho de la noche, cuando el Prodecano de la Facultad de Arquitectura y Artes, Prof. Wladimir Carrasco, quien además es músico, presentó a los artistas, destacando la importancia de tener a tan renombrados artista en la Universidad Austral de Chile. Además contó que Fred Frith, está trabajando con académicos del Conservatorio de Música de la UACh, en la creación de una carrera de pregrado en música.
A los pocos minutos, se subieron al escenario Fred Frith junto a Heike Liss, quien se sentó de espaldas al escenario para trabajar en la proyección de imágenes.
Fred Frith, sentado en una silla, con los pies descalzos, comenzó la improvisación realizando un impresionante viaje musical de aproximadamente cincuenta minutos, donde manipuló su guitarra con diversas técnicas que iba combinando con los diversos efectos que tenía en el suelo.
Una de las cosas más impresionantes, fue ver al guitarrista usando decenas de utensilios para ir generando inimaginables sonidos de su instrumento. Un arco de violín, palillos, cajas metálicas, una cadena, brochas, un paño de género, son algunos de los objetos que usaba independientemente y de manera combinada. Arroz, y hasta saliva utilizó para sacarle sonidos a la guitarra.
Durante la hora de musicalidad, se veía como telón de fondo, diversas imágenes y dibujos, que eran proyectados por su esposa, Heike Liss, quien iba improvisando según la música que Fred iba creando. Imágenes de recorridos por diversos lugares (hasta de Valdivia), mezclados con dibujos en blanco y negro se fusionaban con la música del guitarrista.
Cuando tras los aplausos entusiastas del público, se subieron por segunda vez al escenario, dejaron nuevamente impresionados al público.