El aumento exponencial y sostenido de la población de personas mayores en el mundo ha incentivado a los Estados de Latinoamérica y Chile a garantizar una planificación política que contribuya a que las personas mayores lleguen a la etapa de la vejez de manera saludable y activa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al envejecimiento activo como un proceso donde se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas que envejecen, reconociendo al ciudadano mayor en su capacidad de autonomía y desarrollo crítico de su participación social como vehículo de integración y aporte por su potencial generativo con implicancias en el bienestar individual y colectivo.
En el proceso de envejecimiento confluyen experiencias como las pérdidas vinculadas con la edad. Por ejemplo, el deterioro de funciones físicas y cognitivas, disminución y pérdida de condiciones relacionadas con la salud, productividad, roles y estatus, autovalencia, autonomía, vida social e incluso el apoyo familiar, del entorno y de estructuras sociales. Pérdidas que ocurren en distintos sentidos en las experiencias de vida de las personas, que implican tanto cambio físicos, sociales y culturales asociados al envejecimiento, el deterioro de circunstancias económicas y la falta de apoyo que tienen como resultado la vulneración de los derechos de las personas mayores y la exposición a situaciones de maltrato.
Según la OMS (2022) el maltrato hacia las personas mayores es entendido como el desarrollo de comportamientos inapropiados que ocurren por única vez o de manera repetitiva, que daña o genera estrés a personas mayores y que puede tener implicancias físicas y sicológicas, económicas y sociales, considerado la forma más frecuente de violencia y en la actualidad es un problema de importancia creciente.
La existencia de instrumentos jurídicos internacionales por la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, tiene como finalidad contribuir a la inclusión, integración y participación de las personas mayores en la sociedad y que promueve la acción para el respeto, protección y cumplimiento de los derechos humanos según señala Huenchuan (2018) y que si bien es cierto, se evidencia un importante avance en los últimos 20 años en el reconocimiento de los derechos fundamentales, tras la creación de instituciones especializadas para coordinar acciones territoriales para el beneficio de las personas mayores, aún no se observan cambios estructurales profundos como son: la reforma previsional, los sistemas de salud que cumplan con las expectativas de las necesidades de las personas mayores en acceso, oportunidad, tratamiento, rehabilitación y seguimiento con pertinencia cultural, así como los organismos jurídicos que protejan y garanticen un régimen de libertad personal y de justicia social en Chile.
Un caso local es el de una persona mayor del sector rural de la comuna de Puerto Montt, profesor normalista, jubilado, fundador e integrante del Grupo Folclórico de Adultos Mayores de Panitao, quien desde el año 2022 ha sido negado de la posibilidad de tocar su ARPA -de copihues rojos- luego de haber solicitado su reparación en una casa taller del Barrio Puerto, quienes le han negado su instrumento.
A pesar de realizar la denuncia por apropiación indebida en las instancias jurídicas competentes, no obtuvo acogida favorable a su solicitud, ni ha sido resguardada su calidad de ciudadano y de persona mayor. Acciones e inacciones que lo perciben vulnerable al no ser admitida su petición de investigar el hecho y actualmente requiere acceso a ayudas de carácter jurídicas que permitan reabrir el caso y reivindicar su derecho como persona mayor con capacidad de tomar decisiones personales y de autogestión para el manejo de situaciones que lo hacen sentir vulnerable a sufrir maltrato por personas e instituciones.
El ARPA -de copihues rojos- que con su melodía armoniosa promete ser una fuente de ocupación y bienestar para el músico, además de tener un alto importe económico, posee un valor familiar, debido a que para su fabricación fueron utilizados elementos que guardan un elevado tesoro familiar para su propietario.
Por ello que hacemos un llamado a toda la comunidad de Puerto Montt y alrededores, para que quienes tienen información de la tenencia o posesión de este valioso instrumento, realicen la denuncia a los organismos competentes de la comuna de Puerto Montt, y con ello contribuir a la justicia social, para que el músico a quien le ha sido arrebatada su ARPA -de copihues rojos- pueda creer nuevamente en una sociedad más justa, solidaria, que respeta y protege a las personas mayores.
Autores
Roberto Bustos Elgueta
- Exprofesor normalista, músico folclorista y Exdirigente del Grupo Folklórico de Adultos Mayores de Panitao.
María Isabel Riquelme Rivera
- Profesora Adjunta de la Escuela de Enfermería de la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt y candidata a Doctora en Ciencias Humanas: Mención Discurso y Cultura de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile.