Entre las muchas virtudes de “El Agente Topo” -la cinta de Maite Alberdi nominada a los Premios Oscar- está su habilidad para mostrar un verdadero caleidoscopio de vivencias y emociones contrapuestas. Entre la comedia y el drama, la fragilidad y el empoderamiento, el desarraigo familiar y el espíritu de comunidad se teje la vida cotidiana de un grupo de personas mayores internadas en una residencia. Un conjunto de anécdotas contadas en primera persona que revelan un destino social signado por la soledad y el abandono. Así, con simplicidad, humor y emotividad, el lente de la cineasta nos muestra las imágenes del envejecimiento, ese fenómeno vital que nos cuesta abordar como una cuestión política.
Mientras las cifras de natalidad continúan en descenso, las previsiones sugieren que para el año 2050 casi un cuarto de la población chilena será mayor de 65 años. Todo ello generará una gran presión fiscal para financiar las pensiones de vejez que se han deteriorado gravemente debido al impacto de los sucesivos retiros de fondos previsionales. Este escenario refuerza la necesidad de avanzar hacia un verdadero modelo de seguridad social, lo cual seguramente tendrá un rol protagónico en el próximo debate constituyente.
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Yanira Zúñiga Añazco
Profesora de Derechos Fundamentales – UACh