La celebración del Día de los Patrimonios en Chile, es una actividad de carácter nacional convocada hace más de dos décadas, con la finalidad de dar a conocer a la ciudadanía el patrimonio cultural, histórico y arquitectónico.
Este año, por primera vez se habla de patrimonios, en plural, ¿por qué esa denominación? Pues a nivel global, se está dejando de concebir de manera disgregada el patrimonio cultural, material e inmaterial y natural, y esta nueva concepción plural evoca a un ecosistema patrimonial, interconectado y colaborador.
Hablar de los patrimonios de manera integral, nos invita no sólo a pensar en la monumentalidad, sino más bien en una escala situada de significados compartidos asociados a un territorio y las relaciones de reciprocidad que en él se dan. En estos ecosistemas patrimoniales de colaboración entre las cosas vivientes y no vivientes, y entre los mundos naturales y sociales, se pone de manifiesto la relevancia que tiene entender la diversidad del mundo y su carácter dinámico.
La pandemia nos llevó a vivir en un estado de liminalidad, o momento de transición. De la noche a la mañana debimos dejar los espacios públicos, encerrarnos y aprender a trabajar, estudiar y socializar de manera remota. Sentir miedo, dolor, pérdidas importantes y soledad, son algunos de los sentimientos y experiencias compartidas a nivel global y que han puesto en relieve la importancia de estar en conexión y concedernos un trato humano.
Después de dos años en los que se celebraron los días del patrimonio lejos -físicamente- de los legados que conmemorábamos, podemos al fin volver a encontrarnos en torno a nuestra memoria y significados desde experiencias sensoriales más profundas. Retomar esta forma de encuentro nos expone e impone a tomar conciencia de los cambios que nuestro entorno ha experimentado y de la forma en que asimilamos estas nuevas realidades.
En este cambiante contexto de crisis multisistémica, para las comunidades, los patrimonios se han convertido en una fuente de resiliencia importante, que ha ayudado a superar desafíos sociales, psicológicos y fortalecido los propios vínculos comunitarios, en pos del bienestar.
Desde el Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral de Chile, invitamos a todas y todos a reflexionar, a detenernos a observar, escuchar y comprender el valor y significado de cada elemento que se conecta, cambia y transforma incesantemente en este ecosistema patrimonial, esencial para la vida, la memoria y la diversidad.