¿Es legítimo el mechoneo? ¿vale la pena continuar un rito donde se realizan vejaciones a los derechos humanos como la denigración, ensuciar el cuerpo y la ropa, cortar el pelo, el robo de zapatos y la obligación a mendigar? Si lo analizamos en estricto rigor ¿no se está peligrosamente cerca de los maltratos difundidos por los medios donde algunos soldados estadounidenses abusaban psicológicamente de prisioneros irakíes luego del 9/11? ¿no es acaso un abuso la manera en que se desarrolla el mechoneo en gran parte de las universidades chilenas? ¿Por qué habiendo juventud y creatividad en potencia, además de los paisajes de nuestra universidad, se siguen realizando -al igual que todos los años- ese rito inhumano del mechoneo ad portas de un crecimiento como estudiantes y personas? Dadas las circunstancias en las cuales se desarrolla esta actividad, es hora de poner las cartas sobre la mesa y replantear la bienvenida que le damos a los mechones tanto de la Universidad como de la Facultad para dejar de preguntarnos cada vez que se inicia el período académico ¿por qué siguen sucediendo estas vejaciones?.
Lo legal
Cuando obligan a un estudiante a mendigar por el centro de la ciudad se está motivando la práctica de un delito sancionado por el Código Penal chileno en su artículo 309: “El que sin la debida licencia pidiere habitualmente limosna en lugares públicos, será castigado con reclusión menor en su grado mínimo y sujeción a la vigilancia de la autoridad.” La tendencia de bajarle el perfil a los abusos que se cometen durante el mechoneo salen a la luz cuando se trata de algún perjudicado o herido. Más allá de las expectativas con las que ingresan a pregrado, deben sufrir la tensión e incertidumbre de la bienvenida, la que debiera ser –en principio- amigable, de interacción y de acuerdo a los valores que esperamos como parte de la comunidad universitaria. Si se les pregunta a los de segundo año por qué siguen este mismo esquema de bienvenida, ni siquiera ellos saben por qué replican.
Para la Directora de la Escuela de Comunicación en Lengua Inglesa, Dra. Amalia Ortiz de Zarate, “no son grupos demasiado grandes los que participan del mechoneo, generalmente son grupos de líderes que no son negativos en su mayoría, sino que son los que siempre están ahí para hacer cosas y que hacen cosas geniales, porque nuestra carrera requiere de mucha creatividad para enseñar, en el caso de nosotros, sta lengua extranjera. Lamentablemente, este año se produjeron 2 accidentes y éstos hacen que tanto Dirección de Escuela, profesores y alumnos se replanteen el mechoneo de la escuela y que lo empecemos a pensar para buscar una alternativa diferente».
La académica opina también que “se podría pasar por otro tipo de mechoneo que involucrara otras actividades, como talleres en colegios o una pequeña obra de teatro con los mechones. Lo curioso es que los alumnos de primer año, independiente de las prácticas, quieren ser mechoneados, quieren pasar por este rito de pasar de un estadio a otro, quieren dejar de ser niños, pertenecer a la Universidad y para eso creen que deben pasar por el mechoneo”.
Con anterioridad el Vicerrector Académico de la UACh, Dr. Oscar Galindo había señalado a la prensa local que “queremos transmitir un mensaje a nuestros estudiantes, primero el respeto por las personas y luego el respeto a sí mismos”. Sin embargo, a pesar del repudio que aumenta año a año por esta practica, continuamos viendo grupos de alumnos que son amarrados y maltratados. Aún cuando estamos reconstruyéndonos como país tras la tragedia del terremoto y duelo nacional, vemos cómo jóvenes se potencian para cometer actos violentos.
“Se ha vuelto una lamentable herencia cultural arraigada en la comunidad universitaria en general y también en nuestra Facultad”, señala el Director de la Escuela de Periodismo, Dr. Julio Carvajal, quien apela a la “aplicación sin contemplaciones del reglamento académico a quienes traten de dañar a los nuevos estudiantes. Para esto habría que ver el modo de hacerlo y consensuarlo con los centros de alumnos antes de finalizar el año anterior”.
Diferentes tradiciones en la Facultad de Filosofía y Humanidades
No todo es maltrato y vejaciones, sino que debemos destacar también las celebraciones en un tono conciliador y fraternal como el LLellipun, rogativa mapuche para pedir por los estudiantes y profesores, realizado por los alumnos de la carrera de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales. Esta actividad se realizó el día viernes 09 de abril, a las 11.00 hrs. En la oportunidad se incluyó una muestra culinaria.
Esta iniciativa surgió desde la primera promoción de esta carrera, coordinada por el alumno de cuarto año Juan Huichicoy Chicuy. “Como a nosotros nadie nos mechoneó, hicimos esta actividad y la hemos repetido a petición de mis compañeros”, indica.
Este estudiante pertenece a la comunidad mapuche “fei tani Mapu” (ésta es mi tierra) de la localidad de Los Molinos, quien procura un rito sano, místico y que rescata las culturas originarias.
“Ya es tradición que los alumnos antiguos reciban a sus compañeros en una reunión de camaradería”, destaca el Director de la Escuela de Historia, Dr. Fabian Almonacid.
Asimismo, dentro de las tradiciones, la Escuela de Antropología realizó este sábado 10 su tradicional rito de bienvenida en el parque Saval desde las 11.30 hrs.
Mechoneo en buena
Desde hace 4 años nuestra universidad, a través de la Dirección de Asuntos Estudiantiles se encuentra realizando el concurso “Mechoneo en buena”, a través del proyecto “UACh saludable”, que surge como alternativa para promover la bienvenida a través del respeto a las personas y al medioambiente, además de la sana convivencia.
“Este concurso se encuentra abierto a todas las escuelas y las postulaciones se pueden entregar hasta el 12 de abril”, explica sobre esta convocatoria Jorge Mondaca, Jefe del Departamento de Orientación y Actividades Extracurriculares,.
La ceremonia de premiación se efectuará el día 14 en la Sala Paraninfo de la Dirección de Asuntos estudiantiles. Dentro de los ganadores de las versiones anteriores se encuentra la Escuela de Arquitectura, quienes este año sorprendieron al solidarizar con los niños de Dichato mediante la fabricación de títeres, los que fueron entregados durante Semana Santa.