Hace unas semanas fue publicado en la revista BioScience el artículo Advertencia de los científicos del mundo a la Humanidad: Un segundo aviso, el cual firmaron más de 15.000 científicos, entre ellos, la mayoría de los premios Nobel. En la carta piden cambios fundamentales en la forma en que se administran los recursos del planeta para evitar una catástrofe medioambiental. La segunda advertencia fue redactada por la Alianza de Científicos Mundiales, una nueva organización independiente internacional, liderada por el profesor William Ripple, ecólogo de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad estatal de Oregón (EE.UU).
En el manifiesto los científicos adherentes señalaron lo siguiente: “Estamos por llegar a un punto sin retorno, y lo que estamos haciendo para evitarlo no es suficiente. Ser ecológicamente sustentables ya no puede ser sólo una recomendación: tiene que convertirse en nuestra obligación”. El panorama mundial resulta algo desalentador, considerando que las zonas muertas marítimas han aumentado un 75%, las emisiones de Co2 han aumentado un 25% y el acceso al agua dulce ha disminuido 62% per cápita, de acuerdo a lo publicado en el artículo.
La carta enumera 13 medidas muy necesarias si queremos salvar el planeta tierra: crear más reservas terrestres y marinas, fortalecer la aplicación de las leyes contra la caza furtiva y ampliar las restricciones al comercio de especies silvestres, entre otras. Sin embargo, destacan algunas áreas en las cuales es posible observar progreso, como por ejemplo, la reducción de los productos químicos que dañan la capa de ozono y el aumento de la energía generada con fuentes renovables. Además, hicieron un llamado al resto de la comunidad científica a respaldar el manifiesto y adherir a la Alianza de Científicos Mundiales desde su área de investigación, con el propósito de hacer llegar esta advertencia a los líderes mundiales.
Luis Amador, biólogo y estudiante del Doctorado en Ecología y Evolución en la Universidad Austral de Chile, firmó el manifiesto debido a la importancia que este implica. “Lo primero que a uno se le viene a la mente es que el panorama no ha cambiado mucho, incluso después de 25 años la cosa está peor. Entonces, es una buena iniciativa y muy importante, pero yo creo que es necesario hacer algo más para que llegue a la gente que toma las decisiones. Los científicos hacen el trabajo y publican en revistas, pero no son leídas por los líderes políticos que pueden tomar la decisión que influyen sobre el cambio climático”. Para él, es clave sobrepasar esta difícil y limitante barrera.
Los científicos destacan que es particularmente preocupante que el mundo continúe en el camino hacia “un cambio climático potencialmente catastrófico”. En este sentido, para Amador la educación es clave para inculcar los conocimientos sobre el cambio climático en la sociedad. ”Nosotros, como científicos, tenemos las herramientas y podemos conseguir resultados que ayuden a entender el cambio climático. A veces se queda en un papel, pero me he dado cuenta que aquí en la Universidad hay profesores e incluso otros biólogos dentro del programa que están tratando de poder divulgar toda esta información sumamente importante”. En esta misma línea, es relevante entonces la difusión del conocimiento científico y “pensar más allá” de acuerdo al investigador. Para él aquí influyen dos factores destacados: la vinculación con la comunidad y la curiosidad de la gente para saber el trabajo que realizan los científicos. Y en cuanto al cambio climático se trata, uno y otro son fundamentales.