Revista Campo Sureño destaca en su edición de este lunes 26 de agosto, la investigación desarrollada por las académicas de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias UACh, Dras. Anita Behn y Carolina Lizana.
El consumidor actual demanda productos innovadores, atractivos, fáciles de preparar y con propiedades saludables, entre otras características.
En este contexto la Universidad Austral de Chile ha desarrollado tres nuevas variedades de papas que combinan las propiedades saludables y nutricionales de las papas nativas, con las características de rendimiento y calidad comercial de las variedades mejoradas y que son las primeras variedades vegetales que se generan en esta casa de estudios.
La principal diferencia de estas variedades de papas con las tradicionales, es su alto contenido de antioxidantes y específicamente de antocianinas las que pueden alcanzar entre 12 y 900 veces más concentración que las variedades comerciales de pulpa blanca y amarilla que usamos como referencia.
“La alta concentración de antocianinas de estas variedades puede contribuir a prevenir enfermedades degenerativas, crónicas o inmunes, ya que los efectos de estas moléculas han mostrado efectos benéficos en la salud. Si la población valora estos atributos se abre una importante oportunidad de mercado, ya que el consumo de estas papas frescas podría contribuir enormemente a la ingesta diaria de antioxidantes, por ser un alimento básico en la dieta de las personas alrededor del mundo. Además, se puede explorar su potencial como ingrediente para otros productos alimenticios o su venta en diferentes formatos, que faciliten su consumo”, señaló la Dra. Carolina Lizana, académica del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal (IPSV) de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias de la Universidad Austral de Chile.
“Por otra parte y aunque no fue uno de los objetivos de nuestra selección, detectamos que estas nuevas variedades tuvieron menores contenidos de materia grasa y mayor contenido de Zn, Fe y Ca respecto de las variedades comerciales de referencia, elementos de gran importancia para la nutrición, especialmente en niños y adultos mayores”, indicó la Dra. Lizana quien junto a la Dra. Anita Behn, académica del IPSV, lideraron el proyecto FIA PYT 2018-0023 “Evaluación de líneas mejoradas de papas nativas adaptadas a nuevas condiciones de estrés hídrico y térmico con una mayor valorización comercial del producto”.
Cambio Climático
La innovación en la creación de estas variedades no se limita a los aspectos nutricionales, por el contrario, uno de los objetivos centrales fue obtener variedades adaptadas a las condiciones climáticas que son cada vez más adversas y cambiantes. Para la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias es un objetivo central contribuir a la adaptación del cambio climático señala la Dra. Lizana, y por ello estas variedades fueron seleccionadas por su tolerancia a aumentos de temperatura y sequía en variados ambientes y ensayos de campo llevados adelante por el equipo del proyecto FIA en conjunto con productores asociados al Consorcio Papa Chile.
Lo que se espera es que los rendimientos sean más estables en condiciones de mayor temperatura y déficit hídrico de hasta 30%, asegurando a los productores un nivel de rendimiento y calidad que permita que su cultivo de papas sea económicamente sostenible. La papa es uno de los principales alimentos en la dieta humana y si su producción se ve amenazada afectará negativamente la nutrición de vastas poblaciones a nivel mundial, por ello es muy importante el desarrollo de nuevas variedades con mayor resistencia a estreses ambientales como el hídrico o térmico.
Por otra parte, el desarrollo de variedades derivadas de papas nativas, como las conservadas en el Banco de Germoplasma de Papas de la Universidad Austral de Chile, permite valorar estos recursos genéticos que aportan con caracteres de resistencia a condiciones adversas a través de diversos mecanismos de adaptación que han desarrollado a lo largo de su evolución. “Por lo anterior la contribución de la UACh en la conservación de las papas nativas por mas de 50 años significa un aporte institucional muy significativo para la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático”, enfatizó la investigadora y Decana de la Facultad, Carolina Lizana.
Aporte a la salud
El desafío futuro es seguir desarrollando variedades que respondan a las demandas de la población y contribuir a la seguridad alimentaria a través de la innovación en toda la cadena agroalimentaria de la papa, con las capacidades que posee la Facultad.
“Las papas son conocidas por sus altos niveles de carbohidratos, sin embargo, en los últimos años se han descrito varias propiedades nutricionales y benéficas de éstas, que estimulan nuevamente el incluirlas como alimento central en la dieta humana”, indicó la Dra. Behn.
La investigación transdisciplinaria de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias con las Facultades de Ciencias y de Medicina de la Universidad Austral de Chile, ha permitido avanzar en la detección y evaluación de poder antioxidantes y protector de algunas papas nativas y variedades-UACh de pulpas moradas y rosadas. “Mediante el proyecto FIC20-39 se ha podido validar estas propiedades de las papas de colores en células in vitro, presentando resultados promisorios en la contribución a la salud y bienestar de las personas. Los resultados fueron formulados en el artículo “Antitumor properties of colored native potatoes (Solanum tuberosum ssp. tuberosum) from southern Chile” aceptado para publicación en la prestigiosa revista Food Bioscience”, agregó la académica. En esta investigación participan también la Dra. Pamela Ehrenfeld de la Facultad de Medicina, junto al Dr. Alejandro Jerez y la Dra. Angara Zambrano de la Faculta de Ciencias.
Con la intención de llegar a la aplicación de este conocimiento generado, se siguió investigando a través de un proyecto interno, que permitió desarrollar un experimento piloto para evaluar efectos y aportes reales de estas papas de colores en el contexto de salud y enfermedad. “Los resultados preliminares son auspiciosos y ameritan escalarlos y ampliar el espectro de estudio para poder validar el uso de papas de colores en el apoyo a tratamientos de enfermedades crónicas, tanto al consumirlos como alimento, así como para su eventual utilización en el desarrollo de fitofármacos. Es por ello que se sigue avanzando en postulaciones a proyectos que nos permitan llegar a un producto que beneficie directamente a los consumidores”, destacó la Dra. Anita Behn.
Esta investigación genera un desarrollo innovador, transforma ciencia básica en ciencia aplicada y además agrega valor a lo nuestro, que son las papas de colores chilenas, creando nuevos mercados potenciales que favorecen la producción agrícola y la integración de la cadena agroalimentaria y, además, beneficiando la salud de las personas a través de componentes naturales y saludables.