Una de las conclusiones más relevantes que la profesional Jessica Castillo señala luego de finalizado el estudio “Priorización de áreas para la restauración del paisaje de bosque esclerófilo de Chile central”, es que los procesos de restauración no solo deben tener un foco ecológico, sino también social, cultural, económico y político. Factores importantes para tener en cuenta, considerando el estado actual del bosque esclerófilo de Chile central. Con esta investigación, la ingeniera en recursos naturales de la Universidad de Chile obtuvo recientemente el grado de Doctora en Ciencias Forestales en la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile.
“Mi objetivo de investigación fue definir dónde se debe comenzar a restaurar el bosque esclerófilo, considerando tanto aspectos ecológicos, como también sociales, culturales, políticos y económicos. Esto es relevante debido a que los recursos son limitados, existe una alta degradación del bosque y son altos los costos de restauración. En mi tesis pude identificar áreas prioritarias para restaurar el bosque esclerófilo a escala de cuenca hidrográfica en la comuna de Quilpué”, afirmó Jessica Castillo, quien actualmente trabaja en proyectos de investigación y consultoría de manera independiente.
Restaurar estas áreas a restaurar busca el cumplimiento de dos objetivos relevantes para el territorio de Quilpué: aumentar la provisión de agua y la conservación de la biodiversidad, lo que se determinó entrevistando a diferentes actores sociales de la comuna, labor que generó un mapa que identifica las áreas prioritarias donde se deben dirigir los esfuerzos de restauración.
Amenazas
El bosque esclerófilo se encuentra actualmente muy amenazado producto de la deforestación y degradación, el cambio de uso de suelo (agricultura, silvicultura) y también por los impactos del cambio climático, que ha reducido las precipitaciones. Esta disminución de la precipitación y la pérdida de bosque han provocado una disminución en los caudales, sobre todo en temporada de verano. Por otro lado, los incendios forestales han ido en aumento.
“Se han combinado un conjunto de factores: disminución de la precipitación, aumento de la temperatura, cambio de uso de suelo y crecimiento urbano desorganizado, sumado a una falta de educación ambiental y fiscalización del Estado, lo que ha generado que los incendios forestales sean una gran amenaza para la biodiversidad del bosque esclerófilo como también para sus cohabitantes”, expresó.
En este escenario, la investigación doctoral de Jessica Castillo es un aporte que ayudó a priorizar las principales áreas de la zona estudiada para la restauración.
“Una de las principales conclusiones es que la restauración ecológica debe ser holística y participativa. Además, debe incorporar a todos los actores sociales vinculados de alguna u otra manera en la restauración. La participación de la comunidad local, sector público, organizaciones sociales, investigadores, entre otros, son esenciales para que la restauración pueda ser un programa a largo plazo”, señaló.
Agregó que “los planes de restauración deben tomar en cuenta la realidad local de cada territorio. Para ello se deben incorporar a los actores sociales en la planificación de la restauración del bosque esclerófilo y dentro de esto en la identificación de áreas prioritarias para la restauración. Esta identificación debe tomar en cuenta las percepciones de los actores involucrados, para que pueda ser legítima y efectiva en el tiempo”.