Una mirada desde la academia sobre las diferencias entre deforestar y reforestar que complementó visiones de expertas en el área, fue la que presentó el Prof. Dr. Óscar Thiers, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile, en una entrevista realizada por la Fundación Huilo Huilo.
“Existen distintas formas de reponer la cobertura boscosa que se ha extraído de un territorio. Puede ser a través de la reforestación o forestación, también existe la restauración, rehabilitación y recuperación. Reforestar significa volver a generar cubierta forestal en donde originalmente hubo bosque; por otro lado, forestar tiene que ver con incorporar especies arbóreas donde antes no existía bosque”, indicó el Dr. Thiers. De esta manera, si el bosque ha sido utilizado, la acción de reforestar cumpliría la labor de recuperarlo. “El ejemplo más clásico son las plantaciones forestales. En el caso de que se no se disponga de una cubierta, por ejemplo, un antiguo potrero o un lugar con matorral donde no existía bosque, se genera recuperación a través de la forestación”, explicó.
Puedes escuchar la entrevista en este podcast de Spotify.
Funciones de los bosques
Los bosques cumplen bienes y servicios, destacándose funciones productivas, ecológicas y sociales. El problema surge cuando, luego de utilizarlo, éste no se repone. “Se produce un desequilibrio y ese desequilibrio lo tratamos de compensar con la incorporación de especies arbóreas en el sitio a través de la acción de plantar”, señaló el Dr. Thiers.
Un rol muy importante que tienen los bosques está vinculado al recurso hídrico, el cual se ve impactado negativamente a causa de la deforestación. De acuerdo a lo señalado por el profesor, el bosque nativo actúa como una cubierta que asegura el resguardo hídrico en una cuenca. “En ese sentido, nosotros desde la UACh siempre asociamos al bosque en general con una regulación, es decir, a través de su existencia como dosel genera un efecto de resguardo en todos los ciclos internos y de esa manera asegura por un período mayor de tiempo el almacenamiento, entrega gradual y constante de agua en una cuenca determinada y es por ello que la no existencia de esta cubierta genera un desequilibrio”. La presencia de bosque también ayuda a proteger el suelo evitando que la lluvia llegue de manera directa y lo arrastre, provocando el fenómeno de la erosión.
El académico también destacó la necesidad de integrar la labor profesional con las comunidades, buscando también una mirada más holística. “La gracia es observar la naturaleza y replicar los modelos que uno ve de forma de generar patrones beneficiosos, como lo hace la llamada ‘silvicultura cercano a lo natural’ la cual lee la naturaleza, replicando sus procesos”, expresó.