La incorporación de remolacha azucarera en la dieta de las vacas lecheras puede ser una alternativa sustentable al uso de granos de cereales desde el punto de vista rentable y productivo.
La energía es el primer factor nutricional limitante para la producción de leche de vacas en base a pastoreo. Por esta razón el principal componente de los alimentos concentrados son los ingredientes energéticos donde destacan los granos de cereales. Sin embargo, el costo de estos se ha visto incrementado significativamente por la competencia para el uso en otros rubros como la producción avícola y porcina, en alimentación humana y recientemente para la producción de biocombustibles.
En este contexto, se han buscado alternativas a los granos de cereales como suplemento energético. En Chile, la remolacha azucarera ha sido destinada principalmente a la producción de azúcar, no obstante, la superficie cultivada ha ido disminuyendo en el último tiempo. Debido al alto contenido de azúcares de la raíz de la remolacha y su gran aporte energético, podría representar una alternativa al uso de granos de cereales como suplemento, considerando que el costo por kg. de materia seca (MS) producida es de alrededor de un tercio que el de los granos de cereales.
Bajo este escenario, la Estación Experimental Agropecuaria Austral (EEAA) de la Universidad Austral de Chile en convenio con Semillas KWS Chile Ltda., se realizó un estudio con el objetivo de evaluar la respuesta productiva, metabólica y económica al reemplazar parcial o totalmente maíz molido por remolacha azucarera en la dieta de vacas lecheras.
La principal ventaja de la incorporación de remolacha azucarera en la dieta de las vacas es la reducción significativa de los costos de alimentación y la mejora en los márgenes obtenidos por vaca.
Estudio
El experimento que se desarrolló entre junio y agosto de 2020 en EEAA, se utilizaron 12 vacas multíparas con 73±9 días de lactancia al inicio del experimento y 30,6±2,7 kg de leche al día, las cuales fueron estabuladas en cubículos individuales y fueron asignadas aleatoriamente en uno de los tres tratamientos M (Maíz), M R (Remolacha); R.
Los resultados indican que el consumo de materia (22,4 kg MS para 100%M, 21,4 para 50%M-50%R y 21,3 para 100%R) y la producción de leche (29,3 kg MS para 100%M, 28,5 para 50%M-50%R y 27,2 para 100%R) mostraron una reducción lineal al reemplazar maíz molido por raíz de remolacha azucarera, sin observarse un efecto sobre la relación PL/CMS. La reducción en consumo podría estar asociada a la voluminosidad y alto contenido de agua de la raíz de remolacha respecto al maíz molido, lo que podría limitar la ingesta de alimento. Al corregir la producción de leche por su concentración de grasa y proteína (LCGP) no se observó una disminución, ya que se observó un incremento lineal (+0,26%) en la concentración de materia grasa desde un 0 a un 100% de reemplazo de maíz molido, mientras que la producción de MG y una tendencia al alza en la concentración de PC (Proteína cruda) (+0,09%).
Respecto a los resultados económicos, el precio por litro de leche fue de CLP$9 mayor en las vacas alimentadas con remolacha producto de una mayor concentración de sólidos. La venta de leche por vaca no se vio afectada por los tratamientos, sin embargo, los costos de alimentación se redujeron linealmente desde $3.391 a $2.483/vaca al reemplazar el 100% del maíz molido por remolacha azucarera, lo que permitió aumentar el margen sobre alimentación desde $5.182 a $5.788/vaca.
El estudio reportó que el reemplazo de almidón de maíz por azúcares de remolacha alteró los patrones de fermentación en el rumen, disminuyendo las concentraciones de ácido acético y aumentando las concentraciones de ácido butírico, este último precursor para la síntesis de ácidos grasos de cadena corta y media. Adicionalmente la síntesis de proteína microbiana y el pH ruminal no se vieron afectado por el reemplazo de maíz por remolacha azucarera.
A pesar de que la inclusión de azúcares superó los valores recomendados en la literatura, no se observaron efectos negativos en los parámetros ruminales. No obstante, en condiciones de vacas con mayor nivel productivo (> 30 litros) que requieren mayor inclusión de alimentos concentrados en la dieta no se podría reemplazar todo el maíz (o fuentes de almidón) por remolacha, ya que podría afectar el pH ruminal y consumo de MS (materia seca).
La adaptación en el comportamiento de consumo de las vacas, es un factor muy importante durante el proceso y señala que lo principal es hacer una inclusión gradual para que las vacas vayan acostumbrándose a comer este alimento que tiene mayor un contenido de agua. Si el objetivo eran 5 kilos de MS de remolacha (25 kilos frescos), la idea es partir dando 1 kilo y medio de MS o 6 kilos frescos y cada 2 o 3 días ir incrementando en un kilo la cantidad hasta llegar al final, que ocurre a la semana. Si se le da la cantidad objetiva desde el día uno, la vaca podría tener un menor consumo, generándose trastornos y bajas en la producción de leche. Es relevante generar una adaptación del ecosistema ruminal, ya que la remolacha es alta en azúcares y el maíz es alto en almidón.
Otro elemento importante es que la remolacha vaya bien mezclada con los otros forrajes. Al estar bien mezclada el consumo es paulatino, al ser muy dulce a las vacas les gusta y si consumen mucha azúcar en un corto periodo de tiempo, eso puede generar bajas en el pH.
En este sentido, el picado de la remolacha se vuelve un factor fundamental para lograr un mejor mezclado con el resto de los forrajes con el objetivo de que la vaca no pueda seleccionar un trozo grande y consumirlo. También facilita el consumo, porque si los trozos son grandes, la vaca va a gastar mucho tiempo en consumir una pequeña fracción, lo que terminaría reduciendo el consumo porque no cuenta con tiempo suficiente para consumir su totalidad.