Cuando una universidad se presenta a si misma como una entidad capaz de formar sólidamente a los futuros profesionales, poniendo un especial acento en su formación integral, está diciendo mucho y está ejecutando poco. Hasta ahora. Porque la complejidad del desarrollo en el que está inserto el país requiere que la universidad redefina su papel en las transformaciones sociales, donde ya no bastan profesionales capacitados en conocimientos y destrezas, sino líderes que lleven a sus ámbitos de acción, iniciativas palpables en pro de una calidad de vida superior, siendo capaces de satisfacer las demandas cotidianas en escenarios tan diversos e intrincados como la problemática ambiental, la solidaridad, la cooperación, el desarrollo sustentable y la igualdad de oportunidades, entre otros conceptos vitales y en constante cambio.
De allí que para la Universidad Austral de Chile, la implementación del proyecto Mecesup UCO 0303 (asociado) “Formación de Profesionales con Valores, Actitudes y Comportamientos que Favorezcan el Ejercicio de la Responsabilidad Social”, sea más que un paso adelante. Se trata de un giro sustancial y profundo a la estructuración interna de sus carreras y a su funcionamiento como ente catalizador y promotor de las grandes transformaciones que está buscando la sociedad y realidad chilena, con aplicaciones concretas en beneficio de todos y no sólo con una visión de utilidad individual, tal cual se valora hoy en día la educación superior.
Experiencia UACh: Un Paso Adelante
Para el Doctor Patricio Altamirano, Director de Estudios de Pregrado de la UACh, la definición de la responsabilidad social universitaria no está lo suficientemente difundida ni descrita, aún cuando a nivel internacional existe una proclamación de base vinculada principalmente al mundo de la empresa. “Lo que existe –dice- es una declaración de principios en algunas universidades europeas, enfocada a un nuevo mecanismo de aprendizaje donde al alumno no sólo se le debe entregar conocimientos profesionalizantes, sino también herramientas de toda índole, partiendo desde lo valórico,”.
Existe consenso en señalar que la responsabilidad social universitaria favorece la función de la universidad, cuyo mayor reto es integrar efectivamente estos aspectos a su quehacer, transformando los valores en virtudes y los objetivos en acciones. María Elena San Martin, Directora del proyecto, cuya duración está estipulada a tres años como un esfuerzo cooperativo liderado por la Universidad de Concepción e integrado por las Universidades Católica de Valparaíso, de Valparaíso, del Bío Bío, de la Frontera y Austral de Chile; señala que aunque en la UACh ha habido interés en cuanto a la formación integral, no se había llevado esta preocupación hacia acciones concretas, masivas y exitosas. “Extracurricularmente han existido instancias para que los estudiantes desarrollen su potencial social, pero siempre con un matiz más de voluntariado que formativo”, puntualiza.
Cuenta que una vez que la UACh se integró al proyecto, se determinó como objetivo fundamental el incorporar al curriiculum de 11 carreras (Biología Marina, Derecho, Enfermería, Ingeniería Civil en Obras Civiles, Ingeniería en Electrónica, Medicina, Derecho, Ingeniería Comercial, Ingeniería Forestal, Periodismo e Ingeniería en Alimentos). Ese fue el primer paso, pero el segundo y tan fundamental como el primero, debía ser la participación de toda la comunidad universitaria en el desarrollo de esta iniciativa. “Es una tarea que compromete a toda la comunidad local, nacional y mundial. Es un trabajo que apunta a entregar a las generaciones futuras un país mucho mejor desde todo punto de vista. Las universidades son formadores de líderes de los cambios profundos con conocimientos, sueños y energía. Esta es una tarea que nos compromete como universidad y como personas. Tenemos que aportar a Chile en este sentido”, acota.
Para ello, en una primera parte del proyecto se trabajó con 30 académicos y tres profesionales en la implementación del diplomado “Educación para la Responsabilidad Social”, a fin de que un porcentaje importante de académicos se capacite en esta materia, involucrando, a diferencia de lo que ocurre en las otras universidades del Proyecto, al resto de los miembros de la comunidad universitaria. Con esta iniciativa se pretende fortalecer en los participantes competencias para integrar equipos de trabajo interdisciplinarios, proponer cambios curriculares, incorporar metodologías y formas de evaluación apropiadas para formar la responsabilidad social como competencia en los estudiantes y, en general, para ejercer la función docente de manera consecuente con una práctica pedagógica basada en principios y valores de responsabilidad social.
Patricio Altamirano enfatiza por su parte, que lo que “el trabajar la responsabilidad social universitaria hoy puede significar ponerle un sello diferenciador a la UACh respecto a otras universidades en el futuro”. Para esto, destaca que el compromiso institucional ha sido más que el aporte de importantes recursos. Existe el acuerdo de generar una plataforma que desarrolle el tema más allá de un proyecto puntual, para lo cual se definió un lugar físico donde se concentren las acciones derivadas de esta iniciativa, ubicado en el que será en el nuevo edificio de servicios estudiantiles. Allí se instalarán dependencias administrativas y talleres respecto a temas complementarios, siendo uno de ellos, el de responsabilidad social.
Más allá de las Aulas
La Responsabilidad Social Universitaria (RSU) tiene potentes efectos en quienes la aplican a su existencia diaria, al menos eso es lo que se propone: una cambio en cómo vemos el mundo y las personas, y el papel que nos toca en ese desenvolvimiento. Esta dimensión impulsa necesariamente a que la educación superior se ponga en contacto con la realidad.
¿Cómo se puede ser responsable socialmente si no se tiene conciencia de las necesidades humanas más allá de las aulas?. Claudia Pradines, antropóloga, docente del Instituto de Salud Pública de la Facultad de Medicina UACh y alumna del diplomado en Responsabilidad Social Universitaria; sostiene que éste es un tema importante. “Los estudiantes deben recibir una formación integral en el amplio sentido de la palabra. Esto significa que la RSU debe acercar al estudiante a la realidad donde él se desarrolla, más allá del voluntariado, de tal forma que cuando ejerza como profesional tenga la habilidad de comprometerse con su entorno social. Este no es un tema que se restrinja a la universidad, es un tema que nace en la familia. Sin embargo, la universidad está empeñada en tomar esta iniciativa a través de una asignatura que no se acota a una temática específica como la ética o la tolerancia, sino que cruza transversalmente la formación del alumno”, dice.
Un ejemplo de esta perspectiva son los proyectos de intervención social que implica una metodología para que los jóvenes aprendan a conocer al otro, a plantear investigación en conjunto, a hacer un diagnóstico y sobre todo, a intentar entregar soluciones que respondan a la ambivalencia de valores y prioridades en los distintos estratos sociales. En el fondo, a trabajar por una sociedad más humana y solidaria.
Contacto:
Directora del Proyecto Mecesup UCO 0303 (asociado) “Formación de Profesionales con Valores, Actitudes y Comportamientos que Favorezcan el Ejercicio de la Responsabilidad Social”, Sra. María Elena San Martín: Fono:63- 221677, Email: msmartin@uach.cl