Una publicación reciente en la prestigiosa y altamente visible revista PLoS One (Public Library of Science One), fue comentada al día siguiente en un artículo en la revista de alto impacto Science. Una parte importante de los resultados del paper proviene del trabajo de Postdoctorado realizado por el Profesor Asociado del Instituto de Anatomía, Histología y Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, Dr. Hans Richter, entre los años 2007 – 2011 en la University of Cambridge, Inglaterra, cuya investigación está relacionada con el Origen Perinatal de Enfermedades Crónicas del Adulto, con énfasis en Disfunción Cardiovascular derivada de Hipoxia Prenatal y Estrés Oxidativo. (Ver publicaciones aquí y aquí)
El Dr. Richter integró el equipo liderado por el Dr. Dino A. Giussani del Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencias de la University of Cambridge, quienes en conjunto con estudiantes doctorado y otros postdoctorantes investigaron acerca de cómo la falta de oxígeno en la vida fetal puede «programar» la enfermedad cardíaca en la vida futura del individuo.
Según sus estudios – descritos tanto en el paper de PLoS One como en la publicación de Science -, «un factor importante de riesgo cardiovascular puede comenzar incluso antes del nacimiento, mostrando cómo bajos niveles de oxígeno en el vientre materno o hipoxia fetal pueden afectar el corazón en el futuro. Cuando la hipoxia fetal se prolonga, las paredes del corazón y la aorta se hacen más gruesas y los vasos sanguíneos pueden llegar a ser menos sensibles a las señales para relajarse, con una pérdida sostenida de su capacidad elástica, lo que hace más difícil que la sangre fluya. Estas (mal)adaptaciones ayudan al bebé a nacer, pero se traducen en graves consecuencias en el largo plazo”.
El grupo de investigación plantea la hipótesis de que “la hipoxia promueve un daño en diferentes tejidos y particularmente en el sistema cardiovascular fetal, principalmente a través del estrés/daño oxidativo causado por la baja tensión de oxígeno; lo cual se asocia con una sobrecarga de moléculas altamente reactivas conocidas como ‘radicales libres’. Estas a su vez producen daño molecular indiscriminado y persistente. Sorprendentemente, la progenie temprana no presenta enfermedades de inmediato, sino éstas se manifiestan recién en la vida adulta”.
Vitamina C ¿es la clave?
Cabe destacar que los autores del trabajo no sólo presentaron convincente evidencia que sustenta la hipótesis investigada, sino además se propone un método para evitar este problema, según la información entregada en la publicación. “El equipo realizó un experimento con cuatro grupos de ratas preñadas: dos conjuntos sometidos a hipoxia de embarazo y dos grupos controles. Para crear la hipoxia, pusieron ratas preñadas en una cámara que mantiene sus niveles de oxígeno en un 13%, en lugar de la norma del 21%. Algunos roedores recibieron diariamente agua con vitamina C para lograr efectos antioxidantes”.