Diez familias de la pequeña agricultura familiar que habitan en la Reserva de la Biósfera de los Bosques Templados Lluviosos de Los Andes Australes y en el Paisaje de Conservación Valle Río San Pedro, Región de Los Ríos, participaron en un estudio que buscó conocer su relación con el bosque. La mayoría de las personas que se sumaron a esta iniciativa son mujeres mayores de 40 años -la mitad vinculada al pueblo mapuche- pertenecientes a las comunas de Panguipulli, Futrono, Los Lagos y Máfil, cuyas actividades principales son la ganadería, agricultura y turismo.
En el fondo, se buscó entender cómo diferentes familias de agricultores se relacionan con el bosque y cuál es el impacto de esta relación en diversos ecosistemas naturales entre 1960 y 2014. Denominado “Impacto ambiental de la agricultura familiar campesina en bosques nativos de la Reserva de la Biósfera y Paisaje de Conservación, XIV región”, el estudio fue desarrollado en el marco del Proyecto del Fondo de Investigación del Bosque Nativo, CONAF (2016), y fue ejecutado por el Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible CEAM UACh.
Rol de la agricultura familiar campesina
Mediante inventarios forestales, censos de aves, métricas del fragmento de terreno, registro de ganado y especies introducidas, acompañado de un estudio de cambios ambientales, el equipo de investigación logró identificar variables de la degradación del bosque en los terrenos estudiados, las cuales fueron presentadas en el seminario “Agricultura Familiar Campesina, Pueblos Originarios y Bosque Nativo”, realizado la mañana del miércoles 15 de septiembre.
“Esta investigación permitirá establecer prioridades de restauración de ecosistemas de bosque a escala de paisaje en la Región de Los Ríos, así como también establecer una línea base del estado de degradación de ecosistemas de bosque y evaluar la evolución de dicho estado de degradación en el tiempo”, comentó Andrea Pino Piderit, Directora del CEAM UACh y del proyecto.
Respecto a la importancia de la investigación, Andrea Pino planteó que “este estudio nos ayuda a comprender cómo hemos llegado a este estado de degradación y a partir de ahí saber cómo solucionar problemas que son complejos, no sólo porque es necesario revertir la situación de degradación, sino también porque es necesario incluir perspectivas sociales en el manejo del bosque”.
En las conclusiones, la investigadora explicó que en todos los casos estudiados el bosque está altamente degradado. En ese marco, las prácticas de agricultura familiar campesina que más lo degradan son: la actividad económica principal -especialmente la ganadería-, el tipo de alimentación -ramoneo en el bosque-, el tipo de animal producido -bovinos y ovinos-, el tipo de preparación del suelo -maquinaria- y la extracción de leña.
Todas las familias de agricultores llevan a cabo prácticas que regeneran el bosque. En todos los periodos estudiados la mayor parte de la superficie de bosque nativo persiste, incluso mejora su situación de degradación. Mientras que el bosque mejoró su condición de degradación en fragmentos más pequeños -en manos de la agricultura familiar campesina-, fueron los fragmentos más grandes los cuales sufrieron un proceso de degradación.
Cabe destacar que en Latinoamérica la agricultura familiar campesina aporta con un 80% de su producción alimentaria, impactando a 60 millones de personas. Asimismo, cumple un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad.
Aporte de la Universidad en el desarrollo regional
El encuentro comenzó con palabras de bienvenida a cargo del Vicerrector de Investigación, Desarrollo y Creación Artística (VIDCA) UACh Dr. Mylthon Jiménez, quien recalcó que “para la Universidad es muy importante poder avanzar en temas como éste, sobre todo considerando nuestro rol en el desarrollo regional. Entendemos que para la región en particular su relación con los recursos naturales es muy estrecha desde tiempos muy antiguos. Hoy día tenemos el desafío de avanzar en un contexto de sustentabilidad, de ambiente cambiante, ya no vamos a tener un ambiente estable como habitualmente estábamos acostumbrados y, por lo tanto, entender cómo nos estamos relacionando, cómo nos hemos relacionado en el pasado también con nuestros recursos naturales -particularmente con el bosque nativo- es muy necesario para poder proyectarnos hacia este futuro desafiante”.
Para el Director (S) Conaf Los Ríos Arnoldo Shibar, “en términos institucionales el Fondo de Investigación de la Ley de Bosque Nativo lleva realizando alrededor de 12 concursos a la fecha y ha financiado alrededor de 200 proyectos. Es una fuente importante de conocimiento sobre todo en materias vinculadas a los ecosistemas forestales nativos, informaciones xerofíticas respecto de la región y obviamente del país. También indicar que el equipo que está hoy día liderado por Andrea posee una amplia trayectoria en el ámbito de la agricultura familiar campesina y obviamente esperamos que nos entregue elementos asociados a la caracterización de la agricultura familiar campesina de estos lugares y además conocer también el estado de conservación o degradación de los bosques nativos relacionados con ellas. Las expectativas que tenemos hoy como corporación también son importantes y en la región para nosotros es relevante este tipo de investigaciones y creemos que aporta sin lugar a dudas al desarrollo de la región y de nuestros bosques nativos”.
Verónica Oyarzún -quien participó en representación de Carmen Gloria Quezada- presentó el Fondo de Investigación del Bosque Nativo de Conaf. Según dijo, “éste es un proyecto que se enmarca dentro de una línea temática que en ese tiempo -el año 2016- buscaba determinar y evaluar los impactos ambientales de la actividad antrópica en ecosistemas cuyo objetivo es la conservación y preservación. Si ustedes van a nuestro repositorio de información hay varios proyectos que han tratado de caracterizar cuáles son los propietarios y cuál es el tipo de actividad económica que realizan en el bosque nativo, especialmente los pequeños y medianos. Al leer los resultados de otros proyectos se llega a conclusiones similares a las que encontró en su larga investigación Andrea Pino y su equipo”.
Mirada socioambiental
En busca de reflexionar en torno a los resultados de la investigación, el seminario contó con la participación de Juan Carlos Skewes, antropólogo que es referencia internacional en estudios ambientales y ecología política e investigador asociado del CEAM UACh, quien comentó los resultados presentados.
A su juicio, es importante que “uno pudiera producir y de alguna manera amortiguar el impacto al estimular prácticas como la apicultura que ha sido un aliado interesante de los paisajes de conservación porque distraen fuerzas de trabajo que de lo contrario se irían hacia afuera o probablemente hacia la explotación un poco más indiscriminada de la leña o de la ganadería. Por cierto, es fundamental socializar este legado biológico, creo que es interesantísimo y que nos permite pensar en un legado socioambiental”.
Añadió que “los bosques son persistentes. Es una noticia tremendamente alentadora de esta investigación. Hay una cierta obstinación de los árboles por no irse y hay claramente un derrotero que nos señala este estudio y que nos invita a ver que esta persistencia puede ser mejor acompañada cuando hay pequeñas escalas, límites bien definidos en términos de su extensión y cuando hay conocimientos, prácticas, actividades que vinculan a personas, a través de relaciones familiares y también iniciativas colectivizantes que pueden llevar finalmente a un tema de poner en común, de comunidad”.