Para conocer más de su etapa formativa y desarrollo profesional, Alumni UACh contactó a Cristina Añasco, egresada de Periodismo de la Universidad Austral de Chile y actual SEREMI de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Los Lagos.
Cristina Añasco, además, cuenta con un Magíster en Artes, Pensamientos y Culturas Latinoamericanas de la U. de Santiago, es académica e investigadora, ha rescatado historias de mujeres mapuche-huilliche, pertenece a la Red de Periodistas Feministas y es gestora cultural. Anteriormente trabajó como encargada de Cultura de San Juan de la Costa y como comunicadora en la Radio La Voz de la Costa.
De entrada, la profesional -oriunda de Santiago- destacó como sello la conciencia social, tanto como estudiante, militante feminista, periodista y autoridad, apuntando que “la formación que tuvimos como periodistas, como comunicadores sociales, siempre fue con un cuidado y respeto de los pueblos e identidades que habitan el sur, hacia los derechos humanos y el medioambiente, y pienso que no la hubiésemos tenido en otra Universidad que no fuera la UACh”.
“Quería dedicarme a las comunicaciones y negocié con mis padres el irme a Valdivia, porque creía que era el lugar donde podía formarme sin perder la esencia del sur. Siempre he valorado el trabajo y la formación local, a la que siempre hay que aportar, hay que quedarse, ser valientes cuando vivimos en un lugar donde todo cuesta más”, agregó.
¿Crees que tu paso por la Universidad le dio un sello especial a tu formación como periodista y mirada profesional en cultura?
«Sin lugar a dudas. La Universidad Austral de Chile es la casa de estudios que forma a los profesionales de las comunicaciones del sur de Chile. Nosotros -los periodistas UACh- estamos presentes desde Valdivia al sur aportando desde las comunicaciones a la gestión pública, a la privada, a lo comunitario -como comunicadores- y creo que es algo que siempre hay que destacar. La UACh entrega profesionales de calidad para el desarrollo de las regiones”.
¿Imaginaste alguna vez estar en la otra vereda como autoridad?
«Siempre creí que ese sería mi lugar, trabajando con comunidades, con mujeres. No obstante, me di cuenta que podía aportar desde este lugar y se dio la posibilidad desde el Gobierno del Presidente Gabriel Boric. Hoy estoy también sumando con la experiencia de la calle, como reportera y militante social. Sin dudas cuesta, porque las estructuras son muy rígidas, pero hay buena voluntad y respeto a la realidad local».
¿Cuál es tu recuerdo más alegre y nostálgico al pensar en tu vida en la UACh?
«El Coro Universitario, donde canté desde mi primer año de Universidad, con la Yolita Andrade que fue recientemente premiada como Gestora Cultural de Valdivia y me alegré mucho, y el maestro Hugo Muñoz. El Coro Universitario era un lugar de fuga y descanso como estudiante, siempre que salía de clases y tenía ensayos era muy feliz, porque me desahogaba mucho, lo que me permitía luego volver a estudiar, encontrando esa calma que uno necesita. En el Coro encontré una familia, porque como viajaba y vivía en Valdivia, estaba sola, no tenía redes y el Coro fue esa familia».
«Cuando nosotros entramos a Periodismo, estaba poniéndose en marcha el plan de Bachillerato en Humanidades y Ciencias Sociales, fue un tremendo plus que la Universidad y la Facultad de Filosofía y Humanidades realizaron porque nos permitió encontrarnos con estudiantes de otras carreras en un plan común los dos primeros años, discutiendo temas, analizando críticamente junto a otras áreas de las ciencias sociales, lo que enriqueció mi formación».
Como mujer, ¿Cuáles son esos paradigmas que quedan por derribar en política y el ámbito público?
«Nos ha costado mucho a las mujeres que estamos en política cambiar el paradigma de la “maquinaria” que es muy masculina, muy desde la misoginia que existe en ciertos liderazgos políticos. Para mí, la política es desde el respeto y el cuidado hacia los otros y las otras. Creo que eso ha sido la incomodidad de llegar a este cargo, pues hay políticos y políticas que están acostumbrados a dialogar desde la imposición. Esto se logra no avalando esas prácticas».
¿Cómo te gustaría ser recordada como política?
«Me gustaría ser recordada como la Seremi que trató de democratizar lo más posible el Ministerio en la Región, redistribuir mejor la mirada del Ministerio y los pocos recursos que tenemos. Los ojos del Ministerio han estado siempre en dos provincias de la Región y son cuatro, no es que no haya cultura ni gestión, es porque nos hemos olvidado de dos: Palena y Osorno».
«Como mujer Seremi, quiero que se releve que la forma que tenemos nosotras de hacer política es muy distinta hoy. Siempre nos dicen que tenemos que ser más duras, más rígidas, mandar más y creo que esa no es la forma, sino hacerse valer con las herramientas que nosotras tenemos y desde el cuidado hacia el otro y la otra. Ello, y siempre poniendo en valor el trabajo de las gestoras de la Región, pues muchas no han tenido el espacio, mostrando mucho más el trabajo de las mujeres. Todavía nos falta, pero estamos en ese camino».