En esta sesión, el Dr. Gerardo Rivera, psiquiatra y académico UACh, que dirige los encuentros, inició con una cita del destacado psiquiatra chileno Claudio Naranjo, de su libro “La música interior”: “Desde Stravinsky existe el prejuicio académico de que la música no significa nada: la crítica defiende que es solo ritmo, melodía, armonía, contrapunto y otros asuntos formales, como si no existiera todo un mundo interno que es el verdadero territorio de la música y de la vida misma… La música es un alimento psicoespiritual que nos eleva, nos sana y nos hace mejores”. Luego dio paso a la meditación inicial.
A continuación, se presentó al invitado Matías Tupper, quien es músico y profesor de música de la Universidad Vicente Pérez Rosales. Con estudios de profundización musical en composición en la Habana Cuba. Practicante de meditación e instructor de yoga, meditación y mindfulness. Formado en liderazgo desde la escucha, Teoría U, del MIT, Estados Unidos. Actualmente es director del área organizacional del centro ASIA Santiago, donde se dedica a llevar la práctica de mindfulness a diferentes contextos, promoviendo el bienestar y el autocuidado al interior de las organizaciones. También realiza talleres de Reducción de Estrés basado en Mindfulness y sobre El Arte de Escuchar.
Se solicitó el uso de audífonos para tener una mejor audición y aprovechar la actividad de mejor manera. El profesional partió resaltando distintos aspectos de la experiencia musical y la práctica de mindfulness, manifestando que “el cruce de la música con mindfulness viene dado por la atención plena. Poner atención en la música como fenómeno que está afuera y que genera algo en nuestro interior. El fenómeno está aquí y nosotros estamos atendiendo”.
Y comentó que hace un tiempo realizó una encuesta donde preguntaba: ¿Usted se sienta una hora a escuchar música, tranquilo/a? ¿O mientras está la música está haciendo otra cosa? Destacando que la respuesta en general es lo segundo.
Así, invitó a las y los asistentes a explorar elementos para mantener atenta la escucha. “La escucha está relacionada con la disposición, con la disponibilidad interior. Estamos llenos de información y la idea es vaciarla, para estar atentos a la música”, señaló. Y explicó cuál es la materia prima de la música: “El sonido. Que son las notas musicales, son vibraciones que generan matices. Y a veces estos sonidos nos tocan el alma. Otras veces no. Y ponernos a decir si es música o no, entramos en un terreno complejo. El sonido alternado de silencio es la materia prima de la música. Los sonidos tienen cualidades. En la práctica de poner atención a la música, cuando cerramos los ojos, lo que hacemos son distinciones que nos ayudan a educar nuestra experiencia. Cualidades del sonido: altura o tonos, intensidad, duración, timbre.”
Y realizó un ejercicio de escucha para ahondar en el timbre, indicando que “cuando suena una nota, lo que se escuchan son muchas notas al mismo tiempo. Nuestra mente las junta y forma una. Una nota está compuesta por muchos sonidos, los armónicos. Cada cosa que suene es un ecualizador con todos estos armónicos, donde suenan unos más o unos menos. Esta conformación de armónicos nos va entregando esta sensación sonora. Los sonidos con una sola nota, son máquinas. Son sonidos simples. En cambio, una nota musical, sonido complejo”.
Seguidamente, realizó otro ejercicio de atención plena con la música para que los y las asistentes puedan distinguir un sonido de otro, mostrando cantos en melodías diferentes, para luego llevarlos a la práctica meditativa con los ojos cerrados o mirando un punto fijo, solicitando a las y los participantes levantar los brazos para sentir el contacto con el aire, la sensación de los brazos, realizando este movimientos de manera lenta pero repetida, generando un ritmo, como si las partes del cuerpo fueran instrumentos.
Con esta disposición, invitó a escuchar la obra musical del compositor Ravel “Pavana para una princesa difunta”, impulsando la conversación y diálogo entre las y los asistentes, en torno a cómo había resultado la experiencia de esta escucha plena.
La sesión cerró con la meditación final guiada por el Dr. Rivera.
Los encuentros de Mindfulness y Compasión en Tiempos de Covid-19 son abiertos y gratuitos para toda la comunidad, como una forma de prevenir, sostener y alivianar el estrés o la crisis que puedan estar sufriendo las personas debido a la contingencia. Y continúan el próximo martes, desde las 15:00 y hasta las 17:00 hrs. vía Zoom, previa inscripción al correo cultiva.mindfulness@gmail.com.