Es sabido que la agricultura, y la fruticultura en particular, presenta varios desafíos en el último tiempo. El cambio climático y nuevas plagas (como Drosophila suzukii) han hecho más difícil llegar a final de temporada con retornos económicos, que permitan la viabilidad de estas actividades. Además, en los últimos años la disponibilidad de mano de obra se ha vuelto otra piedra en el zapato del productor, dificultando actividades clave, como la cosecha o procesamiento de la fruta. Lo último resultado de la movilidad campo-ciudad y la falta de interés de la población por este tipo de trabajos.
Simultáneamente, el mercado exige productos de mayor calidad, inocuidad y valor agregado. Estas amenazas no son ajenas para los productores y procesadores de manzanos patrimoniales en la región de Los Ríos, dificultando aún más el mantenimiento de esta importante actividad productiva para muchos pequeños productores y familias de nuestra región.
Las manzanas Patrimoniales de Los Ríos, que poseen sello y arraigo regional, se encuentran diferenciadas en grupos genéticos específicos, un ejemplo de ellas son las manzanas Limonas. Pero esta diferenciación no solo se refleja en árboles adaptados a la zona, sino también en manzanas con características organolépticas únicas para la producción de sidras y otros productos derivados.
En ese contexto, iniciativas público-privadas han comenzado a generar estrategias para manejar y preservar quintas patrimoniales, multiplicar y establecer nuevos huertos de manzana Limona de Los Ríos y apoyar la actividad productiva. Sin embargo, la falta de capacidad de acceder a mano de obra y el alto costo del equipamiento moderno ha hecho que gran parte de los productores regionales vean amenazada su actividad productiva. Ya que presentan un reducido acceso a tecnologías de procesamiento de punta, comprometiendo la obtención de estándares de calidad exigidos por la normativa sanitaria y el mercado, y restringiendo oportunidades comerciales.
Aunque existen ejemplos de productores que han logrado niveles industriales necesarios para competir en los mercados formales de fermentados, gran parte de los sidreros de Los Ríos presentan escaza tecnología de molienda, fermentación y envasado. En ese ámbito, poder poner a su disposición sistemas de procesamiento, prensado y pasteurizado de jugos, resulta fundamental para que estos productores puedan seguir proyectándose en el rubro.
Es por todo esto, que, a través, de la adquisición de una planta móvil con tecnología de punta, actualmente no presente en Sudamérica, gracias al proyecto “AppleTech Planta industrial de manzana móvil”, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional, es que se espera acercar tecnología de avanzada, de baja demanda de mano de obra y sin necesidad de inversiones cuantiosas, a los pequeños productores de la región.
Lo anterior, no solo facilitará alcanzar los estándares de calidad requeridos por la demanda, sino también la reducción substancial del costo de inversión por cada productor sidrero que hoy no cuenta con tecnología, posibilitando su ingreso al mercado formal.
En otras palabras, este proyecto permitirá solventar debilidades de la cadena productiva, mediante la incorporación de tecnología de avanzada, que permitirá a los productores alcanzar estándares, antes solo disponibles para empresas de mayor tamaño. Reduciendo las amenazas que enfrenta el sector y volviendo a poner esta actividad productiva de vuelta al lugar que tuvo en el pasado, generando oportunidades de negocios dentro de la cadena agroalimentaria regional y nacional.
En síntesis, esta iniciativa permitirá facilitar el desarrollo de la industria de la manzana patrimonial, contribuyendo a dinamizar la economía de las comunidades rurales, mejorar la calidad de vida de productores y sus familias, reducir la migración campo ciudad y aportar a la dinamización de la economía regional. Los principales beneficiarios del proyecto son los socios de la Cooperativa Agrícola y Sidrícola de Los Ríos (CASIR), y los agricultores agrupados en la AG de Productores y procesadores de manzana, siendo beneficiarios indirectos los productores de sectores rurales vecinos a los cooperados de CASIR y socios de la AG.
Las oportunidades que genera este tipo de propuesta no solo abarcan la creación de un nuevo servicio no presente en la Región y País, sino también la posibilidad de generar un producto no accesible a todos los productores (jugo pasteurizado) y la opción de realizar innovación social, dados los beneficios evidentes de fortalecer el trabajo a nivel de cooperativas. Además de poner en evidencia las necesidades de tecnificación que el rubro frutícola requiere para avanzar en un contexto tecnológico, productivo y sustentable.
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