Organizado por el Cine Club, estos ciclos de análisis del cine chileno se propusieron una indagación histórico cultural acerca de cien años de nuestra cinematografía. El recorrido intentó poner de relieve factores que, desde 1910, dejan de manifiesto la paulatina superación del fenómeno que conceptualizamos como heteronomía cultural. La organización del material fílmico recurrió a una periodización asentada en los hitos del Centenario y Bicentenario rememorativos del inicio de nuestro proceso de emancipación.
Con esta última etapa del Cine chileno en la lógica cultural de la globalización, la atención se compromete en zonas de nuestra cinematografía que evidencian los efectos de la globalización. En este fenómeno que, desde fines del siglo pasado domina al mundo, países periféricos como el nuestro no son convocados a faenas de dirección y de control, lo que acentúa la porosidad que la industria cultural desarrollada genera en ámbitos de recepción y apreciación de su producción en las instancias locales.
Esta sesión, titulada “El cineasta en la butaca del espectador”, nos lleva a 1977, cuando los artículos de un periodista inglés emigrado a los EEUU proporcionan la base para el film de John Badham, Fiebre de sábado por la noche, cuyo protagonista, encarnado por John Travolta, se llama Tony Manero. Ese film y, sobre todo, el impacto del papel de Travolta en un ejemplar cercano al lumpen chileno, representado magistralmente por Alfredo Castro, están en el origen del título y del personaje central del film chileno de Pablo Larraín. Ficción sobre ficción, queda, sin embargo, una interrogación abierta sobre la capacidad de dominio de ese mundo ficticio de la industria cultural externa para modelar durante años la realidad de un mundo local.
Tony Manero nos permite conocer a Raúl Peralta, un hombre carente de parámetros éticos, quien por un objeto codiciado ultima a una anciana en un crimen de despiadada crueldad. No obstante, su conciencia es un sub-producto de la admiración por el vedetismo del cine norteamericano y del espectáculo amplificado en los medios locales. Objetivo básico y único: emular a Travolta, estrella de Fiebre de sábado por la noche, de quien ha adoptado su apodo y cuya habilidad escénica de bailarín constituye el modelo que aspira a reproducir. De ahí deriva su participación en un grupo de baile con el que realiza presentaciones en un bar de baja estofa. Es el único resquicio laboral en su resentida actividad o inactividad en la sociedad.
La función gratuita y posterior foro de “Tony Manero” se realizará el jueves 22 de noviembre, a las 19 horas.
El ciclo “El cine chileno en la lógica cultural de la globalización: interrogaciones del cineasta a la cultura chilena”, que forma parte de las actividades de formación de audiencias que desarrolla el Cine Club, se extenderá hasta diciembre de este año, con dos funciones mensuales, y continuará durante el primer semestre de 2019.
Más información sobre nuestra programación puede encontrarse en el sitio web www.cineclubuach.cl
Esta actividad es organizada por el Cine Club con el apoyo del Fondo de Fomento Audiovisual del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en el marco de su Programa de Formación para todo Público.