A través del proyecto Fondecyt “Fluctuaciones del caudal del estuario del Río Valdivia y sus efectos sobre el desempeño de las áreas de crianza de la jaiva comercial, Cancer edwardsii”, dirigido por el Dr. Luis Miguel Pardo, Director del Laboratorio Costero Calfuco, la UACh posee un registro de las condiciones de temperatura, salinidad y variaciones en el nivel del mar, obtenidas durante los últimos dos años, a través de sensores de medición continua en tres puntos del estuario del río Valdivia.
Luego del sismo que azotó al país, sólo uno de estos sensores fue encontrado, pero con valiosa información para entender la magnitud del evento a nivel local y los patrones de fluctuaciones del nivel del mar, en una zona costera ubicada a más de 500 km del epicentro del sismo.
El Doctor en Oceanografía del Instituto de Biología Marina, José Garcés Vargas, filtró el efecto de la marea en las variaciones del nivel del mar, en el sensor localizado en Los Molinos, en la boca del estuario del Río Valdivia, para determinar los efectos netos de las olas provocadas por el sismo del 27 de febrero pasado.
Así se pudo determinar que las primeras olas llegaron a esta localidad a las 5:49 de la madrugada, es decir un poco más de dos horas de generado el tsunami con una altura de aproximadamente 1,6 m sobre el nivel de la marea. La ola más importante se produjo a las 10:19 am con casi 1,8 m. de altura.
El Dr. Pardo destaca que ambas olas llegaron durante la marea baja en un periodo de sicigia o marea viva (cuando se producen las mayores diferencias entre la marea baja y la alta), lo cual aminoró el efecto de las olas. La oscilaciones del nivel del mar más importantes, se registraron durante unas 14 horas luego de ocurrido el movimiento telúrico, afirmó.
Por la ubicación de la bahía de Los Molinos y considerando que las olas provenían desde el norte, se estima que esta zona recibió una marejada moderada en comparación a la costa sur del estuario, donde se registró una fuerte modificación de la distribución de sedimento del fondo marino, constatada en las faenas de búsqueda de los sensores faltantes.
La importancia de tener equipos tecnológicos instalados que otorgan información exacta, precisa y continua de fenómenos oceanográficos, radica en la posibilidad de modelar los procesos costeros, que son la base de las predicciones y pronósticos.