Las Regiones de Los Ríos, de Los Lagos y de Aysén enfrentan serios y urgentes problemas asociados a la calefacción de las viviendas y de calidad del aire.
Por ejemplo, durante el primer semestre del año 2014 la ciudad de Valdivia fue declarada zona saturada por material particulado fino y se decretó la restricción al uso de leña en episodios de pre-emergencia y emergencia ambiental entre las 18 y 24 horas. Quedaron excluidas de la restricción la leña seca y la certificada. Se definieron polígonos que se alternaban en la restricción, no afectando de esta forma a toda la ciudad. El proceso fue objeto de una serie de críticas dado lo improvisado de su planeamiento y dificultades de operación. Se desconocen, a la fecha, evaluaciones objetivas de la efectividad de las medidas adoptadas, esto es, cuánta contaminación fue abatida como consecuencia de éstas.
No obstante, las principales medidas para enfrentar el tema de contaminación por la MALA LEÑA, existen desde hace casi una década; esto incluye centenares de estudios, informes, catastros, seminarios, conferencias, etc. elaboradas para la ex Comisión Nacional del Medio Ambiente, Ministerio del Medio Ambiente y también de Energía, así como otras dependencias públicas. ¿Cuáles son las principales medidas?: i) Secado de alta eficiencia de leña y tecnologías asociadas que permitan la trazabilidad total y su fiscalización vía remota; ii) recambio de artefactos, pero miles, con el concurso de actores PYMES capaces de responder a la demanda (por ej., mínimo 3.000 en Valdivia y otros tanto en Osorno, amén de capacitar instaladores); iii) aislación de viviendas (amplio subsidio a materiales aislantes) y mejor regulación a sistemas de calefacción en nuevas viviendas (los departamentos de obras municipales no piden información sobre cómo se calefaccionará un nuevo inmueble); iv) el fomento (para el invierno del 2017, ya es casi tarde para el 2016) de tecnologías asociadas a la calefacción a distancia, cogeneración, entre otras; y iv) el rediseño de instrumentos económicos, financieros e impositivos para el fomento de nuevas tecnologías y modelos de gestión y de negocios.
Todas las tecnologías y modelos posibles de implementar existen. Solo faltan políticas públicas para la buena leña, seca, nuestra y que bien manejada es amigable con el medio ambiente e incluso a precios más que razonables y competitivos. Se trata de una política pública que no existe. De una política que regule y fiscalice con el mercado no contra el mercado. La gente compra leña (seca) porque la unidad calórica (17 dólares el millón de BTU – US$/MMBTU) cuesta la mitad de la parafina (32 US$/MMBTU) el sucedáneo más barato luego de la buena leña y no sólo por cuestiones culturales.
Consecuentemente, un verdadero programa de política pública respecto de la contaminación por PM 2,5 (no monitoreada de manera adecuada) asociada al uso de la mala leña (más de 33 ciudades de tamaño medio desde la VI hasta la XI) señalará además que cada ciudad o localidad requiere de propuestas algo distintas, acorde a la disponibilidad del recurso según latitudes, distancias, características de la cuenca y capacidades empresariales y técnicas.
Se requiere adoptar una política pública técnicamente fundada, clara, rigurosa, respecto del CALOR y no solo de la leña. Se necesita urgentemente pensar y actuar.