Producir compost con los residuos vegetales que se desechan de la cocina es una práctica simple y que muchas personas desconocen. No sólo reduce la basura domiciliaria, sino también se obtiene un sustrato enriquecido para usar en las plantas.
Para María Ema Hermosilla, Jefa de la Unidad de Gestión Ambiental de la Universidad Austral de Chile y relatora del taller, instalarla como práctica familiar, escolar y comunitaria para que los residuos orgánicos dejen de ser considerados basura y se les dé valor, es un enorme paso para crear una cultura de buen manejo de residuos, ayudar a mejorar suelos y aportar en la producción de alimentos sanos.
Con ese propósito, el taller demuestra que en diversas realidades y situaciones es posible producir compost y que los pequeños problemas que pueden surgir al instalar una compostera son de fácil solución.
Al respecto, dijo: “Por eso, es un taller muy práctico y ojalá en el corto plazo, todos los establecimientos educativos tengan sus composteras y las niñas y los niños conozcan este proceso desde pequeños. Desde la UGA, seguiremos a disposición para compartir nuestra experiencia en este tema”.
Escuela de Lenguaje Amancay
“Fue un taller didáctico, aprendí muchas cosas y muy muy interesante, porque aquí uno trabaja con los niños y hay que enseñarles el amor a la tierra, a crear nuestro propio alimento, porque hoy le echan tanto pesticida que al final uno termina toda enferma con tanta cosa que le ponen”, dijo Andrea López Nomel, auxiliar de la Escuela de Lenguaje Amancay.
Para Marcela Bahamondez, apoderada e integrante del equipo de gestión y proyectos de la escuela, es muy importante tener actividades de capacitación familiar que promuevan la realización de prácticas domésticas relacionadas con la cultura sustentable. “Es parte de nuestro proyecto educativo, por lo que estamos trabajando en equipo con la familia, así ellos apoyan la educación que están recibiendo sus niños”, dijo.
Destacó que “el taller fue muy beneficioso y educador, y María Ema clara y muy didáctica. Quedó la enseñanza no sólo para implementar en la escuela, también para incorporar en nuestra casa”.
Jardín Infantil Río de Colores
Las educadoras y manipuladoras de alimentos del Jardín Infantil Río de Colores también tuvieron un taller de compostaje en mayo. Esta comunidad escolar contaba con dos composteras entregadas por el Departamento de Medio Ambiente del Municipio, y sólo necesitaban capacitación para usarlas.
“Es un taller muy importante para nuestro equipo, ya que somos un jardín con sello medioambiental. Necesitábamos capacitarnos para tener el conocimiento y las herramientas para ocupar las composteras que vamos a alimentar con materia prima que se genera en el jardín infantil”, dijo Rosana Rosas, directora del establecimiento.
Informó que actualmente están impulsando una campaña que complementa el uso que darán a las composteras. La iniciativa, que invita a donar plantas, se extiende durante mayo y junio, y en algún momento esperan usar el abono obtenido del compostaje para el cuidado de las plantas que recibirán.