El Dr. Francisco Pinto Espinosa es chileno y es investigador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) de México, y llegó a Valdivia invitado por la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile (UACh) para impartir un curso sobre Uso de sensores y percepción remota para la agricultura de precisión y fenotipeado.
Fue el Dr. Daniel Calderini, docente del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de la casa de estudios, quien contactó al Dr. Pinto para que pudiera impartir esta actividad, que durante una semana contó con la asistencia de profesionales y estudiantes de pregrado y postgrado de distintas universidades.
El objetivo principal del curso fue introducir a estudiantes en conceptos teóricos y técnicos utilizados en la agricultura de precisión. Estos incluyeron principios básicos de la percepción remota, sensores, sistemas de posicionamiento geográfico y sistemas de información geográfica.
Asimismo, los asistentes pudieron reforzar los conceptos aprendidos a través de un ejercicio práctico realizado en la Estación Experimental Agropecuaria Austral (EEAA) de la UACh, y discutir sobre las perspectivas que tiene la agricultura de precisión en el mundo y en Chile.
¿Qué es la percepción remota en la agricultura?
“La percepción remota es un conjunto de técnicas que permiten, a través del uso de sensores, medir atributos y características de la vegetación sin tocarla. Estas técnicas permiten, de acuerdo a las necesidades, medir desde una hoja hasta grandes superficies de vegetación a través del uso de imágenes satelitales”, explica el Dr. Pinto.
En ese contexto, recalca, «el curso profundizó en el uso de sensores, poniendo énfasis en su aplicación en la agricultura de precisión, que es una conjunto de herramientas que buscan optimizar el uso de insumos y disminuir el impacto ambiental de la agricultura”.
Para el experto, estas herramientas están tomando mucha importancia y se vislumbran como una de las estrategias fundamentales en la agricultura moderna para poder asegurar la producción de alimentos al mismo tiempo que se cuida del medioambiente, pues es más precisa que la agricultura tradicional, que maneja campos de forma bastante homogénea.
Por ejemplo -indica- la fertilización, bajo un manejo de agricultura de precisión, se maneja de forma diferencial. Es decir, en el campo se identifican zonas con distintas concentraciones de nutrientes y estas se fertilizan con diversas dosis de fertilizante de acuerdo a las necesidades. A diferencia, la agricultura convencional usa la misma dosis de fertilización en todo el campo, lo que muchas veces resulta en un exceso de fertilizante que va en desmedro de la rentabilidad del agricultor y que también puede resultar en una contaminación de aguas subterráneas.
Con respecto a su experiencia trabajando en el CIMMYT, el Dr. Pinto menciona que estas técnicas se utilizan para estudiar la adaptación de los cultivos a situaciones de estrés y obtener nuevas y mejores variedades de trigo y maíz. Por sus características, estas herramientas ayudan a entender la base fisiológica y los factores medioambientales que determinan si una nueva variedad está bien adaptada a un ambiente u otro.
“De esa forma nosotros usamos estos sensores para evaluar muchos genotipos distintos de forma eficiente, lo que nos facilita su selección en distintos ambientes. Estos genotipos seleccionados pueden luego derivar en nuevas variedades comerciales en determinadas zonas del mundo con ambientes similares a los cuales fueron utilizados durante el proceso de fitomejoramiento”, concluye el investigador.
A nivel de productor, por otra parte, en CIMMYT estas herramientas de agricultura de precisión se utilizan para entender cómo responden las nuevas variedades a los programas de fertilización y manejo, al mismo tiempo que se busca mejorar la transferencia tecnológica para que la agricultura de precisión se vaya implementando en los campos del mundo.
Experiencia en Latinoamérica
Francisco Pinto cuenta que estas técnicas se utilizan bastante en Brasil y Argentina, ya que tienen una agricultura muy extensiva, con predios de gran superficie. «En estos países, la agricultura de precisión ha representado un gran beneficio para los agricultores, ya que facilita y hace más eficiente labores de manejo y la operación de maquinaria. De hecho, esos países son pioneros en varios aspectos de la agricultura de precisión, como es el uso de sistema de conducción guiados o automáticos de maquinaria agrícola”.
En el caso de Chile –afirma- “la conclusión entre los participantes del curso es que la agricultura de precisión y sus técnicas aún no han sido adoptadas substancialmente. Hay varios motivos por los que los agricultores locales aun no acceden a estas técnicas o no prefieren usarlas. Algunas de esas razones tienen que ver con los costos económicos, ya que se asume, y con justa razón, que la implementación de nuevas tecnologías puede ser cara. Sin embargo, tampoco se ha desarrollado una metodología sistemática para cuantificar su impacto en la rentabilidad de un agricultor”.
“Aún falta investigación para demostrar de manera robusta y convincente la hipótesis que la agricultura de precisión aumenta la eficiencia de producción en sistemas agrícolas. Esta responsabilidad recae en los investigadores, quienes deben entregar los fundamentos necesarios a favor de esta técnica. Por otra parte, muchas veces los agricultores desconocen la existencia de muchas de estas herramientas, lo que implica una deficiencia en la transferencia tecnológica en este aspecto en la agricultura nacional”, concluye Francisco.