* Leer reportaje en El Diario Austral Región de Los Ríos
“Es volver a la independencia, a la libertad para desarrollar actividades sin depender de una máquina, para decidir, es renacer”.
Así relata Robinson Maldonado, oriundo de Punta Arenas, su actual vida gracias a la oportuna intervención de los profesionales del Programa de Trasplante del Hospital Base Valdivia (HBV) y Unidad de Nefrología de la Universidad Austral de Chile.
A Robinson le detectaron una insuficiencia renal tras cinco años sin sospechar que tenía esta enfermedad, pues sus inicios son silenciosos, hasta que sus riñones dejaron de funcionar y tuvo que comenzar diálisis. Afortunadamente fue trasplantado el año 2014 gracias a la llegada oportuna de un órgano donado por un desconocido.
Esta intervención fue realizada por el equipo de Trasplante Renal del HBV, el cual nació a inicios de los años 80 por el esfuerzo conjunto del Servicio de Urología dirigido por el Dr. Dante Corti, y la Unidad de Nefrología dirigida por el Dr. Sergio Mezzano. Este programa se consolida en los años siguientes con la creación del Laboratorio de Nefrología de la Facultad de Medicina UACh, con la colaboración de los Dres. Fernando Olavarría e Ítalo Caorsi, y la incorporación del Dr. Arturo Arriagada.
Actualmente, en el desarrollo y mantención de este programa participan 6 médicos nefrólogos, 5 urólogos, 1 patólogo renal, 2 enfermeros, un bioquímico PhD y 2 tecnólogos médicos.
El Laboratorio de Histocompatibilidad se hace cargo de los pacientes provenientes de los Centros de Trasplante Temuco y Valdivia que incluyen usuarios desde Temuco a Punta Arenas, cuenta con 445 trasplantes renales efectuados hasta la fecha, con una distribución de 62% de órganos de donante cadáver y un 38% proveniente de donante vivo.
“Me parece fantástico que haya un centro para el sur y no sólo en la capital del país, porque se reduce la distancia y tiempo desde que ser retira el órgano hasta el trasplante y eso es vital. Como beneficiado sólo tengo que agradecer que se usen recursos para esto, además que el trato del equipo de profesionales es muy cercano y preocupado”, enfatiza Robinson Maldonado.
Trasplante Renal
Una labor importante dentro del Programa de Trasplante Renal es su coordinación local, a cargo de los enfermeros Verónica Gallardo Morales y Rubén Torres Paredes, quienes gestionan el ingreso de los pacientes a la Lista de Espera Nacional, recolectan información personalizada de cada uno de ellos, coordinan la actualización clínica y realizan consejería donde se les explican los beneficios, posibles complicaciones, requisitos para ingreso al programa y entrega de contenidos educativos a los pacientes trasplantados del Hospital Base Valdivia. Además están a cargo de coordinar, en conjunto con Santiago, el transporte de órganos provenientes de otras ciudades del país y el traslado hacia Valdivia de los receptores pertenecientes a este Centro de Trasplante, que comprenden desde la Región de Los Ríos a Magallanes. Situación que se torna muy complicada si el receptor es de algún lugar alejado o de difícil acceso, por eso una buena coordinación es de vital importancia.
Para la E.U. Verónica Gallardo Morales “el hecho de ser Centro de Trasplante y poseer un Laboratorio de Histocompatibilidad es un privilegio y una ventaja tanto para el hospital como para la región. Nuestro hospital es referente en Trasplante Renal para todo aquel paciente desde Valdivia a Punta Arenas que sea beneficiario de Fonasa y requiera de esta intervención”.
Procuramiento
El Procuramiento de Órganos es un acto voluntario, altruista y gratuito en el cual una persona o su representante legal deciden donar uno o más órganos, para que sean extraídos e implantados a quien lo necesite.
La especialista explica que el procuramiento de órganos es un proceso compuesto por una serie de pasos ordenados de forma muy precisa, que consiste en que los órganos y tejidos de un cadáver sean susceptibles de ser trasplantados. Comienza con la identificación de un posible donante en muerte encefálica y finaliza con el trasplante de órganos o almacenamiento de los diferentes tejidos obtenidos. Cada etapa del proceso está guiada, coordinada y supervisada por un equipo altamente competente que recibe capacitación constante, con el fin de lograr obtener la mayor cantidad de órganos para trasplantar.
¿Cómo ser donante? La enfermera destaca que en Chile, según la ley, “todos los mayores de 18 años somos donantes una vez fallecidos” a menos que se presente un documento fidedigno firmado ante Notario Público, en el que conste que la persona en vida manifestó su voluntad de no serlo. No obstante sigue siendo el aviso a la familia lo más importante, pues cada vez que alguien fallece en circunstancias de poder donar se pregunta a sus familiares sobre las intenciones del fallecido. “La idea es respetar la voluntad del fallecido, en eso se trabaja en cada ocasión tratando de no imponer ni juzgar por sobre las decisiones personales”, recalca.
Muerte cerebral
La donación de órganos en nuestro país se da cuando la persona presenta muerte cerebral, condición en la cual bajo un estricto protocolo de diagnóstico, se puede cumplir la voluntad de donar. Pero esta situación no siempre es entendida ni aceptada por la familia del donante.
Verónica Gallardo enfatiza que “el cerebro es el órgano más frágil, tres minutos sin oxígeno o irrigación sanguínea son suficientes para dejar secuelas irreversibles o provocar un descenlace fatal. Con la muerte cerebral, muere también el centro que regula el latido cardíaco, la respiración y la termorregulación del cuerpo, funciones vitales que, ante esta situación, dejan de producirse y sólo se mantienen artificialmente, pero técnicamente la persona está fallecida. Caso contrario al que ocurre en el coma o estado vegetativo, donde estas funciones siguen estando presentes”.
El diagnóstico de muerte cerebral o encefálica se acredita de forma unánime e inequívoca por un equipo de al menos dos médicos, uno de ellos debe desempeñarse obligatoriamente en el campo de la neurología o neurocirugía, que comprueban en forma indiscutida la abolición total e irreversible de todas las funciones cerebrales, basados en exámenes y técnicas específicas para este hecho en particular, lo que debe quedar debidamente documentado y registrado.
Agrega que esta situación es difícil de explicar y de entender para una familia que la está viviendo. “Recordemos que es un momento traumático, inesperado, trágico y sorpresivo en el que es fundamental mantener algunas funciones artificialmente luego de acreditada la muerte, para así asegurar que los órganos donados estén aptos para el momento del trasplante”.
Cualquier individuo de más de 15 kilos de peso y menos de 75 años de edad puede considerarse como Potencial Donante, aunque cada persona se evalúa “caso a caso”.
Donante vivo
Toda persona legalmente capaz también puede donar en vida un órgano, para ser trasplantado a un receptor relacionado previa certificación médica de su aptitud física compatible con la extracción.
Este tipo de extracción se realiza sólo en mayores de dieciocho años, cuando el receptor sea su pariente por adopción o por consaguinidad hasta el cuarto grado, su cónyuge o conviviente. Ello para asegurar que no exista otro tipo de interés que no sea el sólo hecho de ver mejorar la salud de su ser querido.
El donante debe tener un informe médico de aptitud física y deberá certificar que la donación le permita continuar su vida en buen estado de salud. Debe existir un consentimiento otorgado en forma libre, expresa e informada.
Buscando al receptor
El tiempo es vital una vez extraído el órgano, pues no debe estar demasiadas horas sin irrigación, por lo que es necesario realizar oportunamente los estudios de histocompatibilidad.
Por ello es fundamental que el Hospital Base Valdivia cuente con el Laboratorio de Histocompatibilidad, sin necesidad de trasladar la muestra a Santiago para estudiarla. Este laboratorio fue creado en 1997 mediante un Convenio Docente Asistencial entre el Servicio de Salud Valdivia y la Universidad Austral de Chile, como una manera de descentralizar esta actividad y optimizar los tiempos de respuesta a una procura de órganos en el sur del país.
Esta unidad realiza estudio de histocompatibilidad para receptores de trasplante renal, y también para receptores de progenitores hematopoyéticos (trasplante médula ósea) y todos sus posibles donantes.
Desde sus inicios hasta la fecha, este laboratorio ha efectuado más de 1500 tipificaciones HLA, realizado 145 turnos de selección de receptor en casos de procura de órganos de donante cadáver y mantiene alrededor de 180 pacientes en lista de espera para trasplante renal a los que debe realizar periódicas determinaciones sobre su estado inmunológico. Adicionalmente, el Laboratorio de Histocompatibilidad ha realizado 81 estudios para receptor y donante de médula ósea.
Los servicios que ofrece este laboratorio son necesarios para materializar el trasplante con el menor riesgo posible para el receptor, e incluyen exámenes pre trasplante como determinación de antígenos de histocompatibilidad (HLA), detección y monitoreo de anticuerpos anti HLA, mantención de Seroteca para realización de pruebas cruzadas (Cross-match) que identifican al receptor más compatible, como también variados exámenes post trasplante para verificar el estado del órgano y las posibilidades de presentar rechazo.
La bioquímico PhD, académica de la Facultad de Medicina UACh y Director Técnico del Laboratorio de Histocompatibilidad, Dra. Alejandra Droguett, asegura que le encanta trabajar en este tema “porque se está ayudando a que alguien retome su vida a través de un trasplante, y es una enorme responsabilidad”. La muestra de un donante puede llegar al laboratorio en cualquier momento, ahí empieza una carrera que dura alrededor de 12 horas, donde se trabaja bajo estándares estrictos y de manera urgente para encontrar al receptor lo más rápido posible ya que el tiempo que puede estar un órgano fuera del cuerpo humano es limitado.
Respecto al proceso, explica que “de una muestra se sangre se extrae DNA del paciente para someterlo a técnicas de biología molecular con el fin de identificar los genes de histocompatibilidad, luego se ingresa el resultado a un software cuya misión es buscar el receptor más compatible de la lista de espera nacional. Una vez que el software asigna puntaje con los receptores más adecuados se realiza la técnica de Cross-match que identifica la presencia de anticuerpos contra el donante que impediría el trasplante. Finalmente, se priorizan por puntaje los tres mejores receptores y se informa a la coordinación nacional de trasplante para donar un riñón al receptor más compatible de Chile (riñón pool) y a la enfermera coordinadora local para donar el otro riñón al receptor más compatible de nuestros centros de trasplante (riñón casa)».
Para la Dra. Droguett, “este laboratorio tiene una ubicación estratégica, debido a lo largo del país y lo rápido que debe realizarse el estudio para unir al donante con el receptor, ya que los órganos tienen distintas horas tope para su correcto trasplante». Agrega que “de hecho nos llegan muestras desde Temuco al sur, y en el traslado de los órganos y pacientes desde zonas extremas y de difícil acceso, juegan un rol muy importante instituciones como Carabineros de Chile, a quienes les estamos muy agradecidos”.
Paula Ruiz Salgado, tecnólogo médico del Laboratorio de Histocompatibilidad, recuerda que “partimos de cero. Este 2016 cumplo 20 años aquí y he visto cómo el laboratorio ha crecido y se ha profesionalizado, mejorando las técnicas, insumos y equipos. Si bien es un trabajo compartido, la UACh ha tenido mucho que ver en este avance, aportando con la mayor parte de los profesionales que estamos acá, además de facilitar la capacitación del equipo. Es fundamental para el beneficio de la comunidad que nuestras dependencias estén en Valdivia”.
La ubicación del Programa de Trasplantes y Laboratorio de Histocompatibilidad en la capital de la Región de Los Ríos ha beneficiado a cientos de personas, y seguirá beneficiando a quienes esperan la oportunidad de recibir uno de los más grandes regalos de un desconocido, una vida digna.