La nube consiste en una red de servidores remotos que permite almacenar, administrar y acceder a datos e información a través del internet. Este concepto, y ahora también herramienta, surgió a partir de la necesidad de una conectividad a gran escala.
Principalmente, se creó para empresas o lugares de trabajo que necesitaban almacenar una gran cantidad de archivos, con el tiempo se optimizó, y hoy en día también se le puede dar un uso personal. Los ejemplos más claros y conocidos son One Drive de Microsoft, y iCloud de Apple.
Actualmente, existen tres categorías de servicios de computación en la nube, que se utilizan basándose en los requerimientos de cada empresa. Estas son la Infraestructura como Servicio (IaaS), el Software como Servicio (SaaS) y la Plataforma de Servicio (PaaS).
La IaaS es un servicio digital que proporciona procesamiento, almacenamiento y redes que son de pago por uso, en periodos de tiempo. Por su parte, el SaaS tiene que ver con aplicaciones vinculadas con la Nube a través de internet. Los más comunes son el correo electrónico, calendarios y herramientas de optimización de oficinas, como el conocido Office 365. Si bien este método es al que se le da más uso personal, también es implementado por grandes organizaciones. Como universidades y empresas que requieren una intensa conectividad entre sus actores.
En cambio, el PaaS, es un método más completo de desarrollo en la Nube. Este servicio incluye infraestructura, pero también cuenta con administración de datos y herramientas de inteligencia empresarial.
Existen variados motivos por los cuales deberíamos migrar los datos desde infraestructuras físicas a la nube. El más óptimo, es que estos permiten disponibilidad donde sea. Y es que en el mercado actual, contar con la información en todo momento, es un requisito básico.
De hecho, muchas empresas no contaban con este tipo de tecnología al inicio de la pandemia, por lo tanto, tuvieron que realizar una transformación digital express para poder tener la data de la empresa desde sus casas.
Otra buena razón es que la Nube permite ahorrar gastos. No existen gastos en hardware y mantenimiento del mismo, lo que supone un ahorro considerable. También es rescatable que la Nube, es un sistema intuitivo y de fácil adaptación. No es necesario tener conocimientos técnicos para utilizar el Cloud Computing de forma correcta. Muchas empresas incluso ejecutan inducción y asesoría de estos servicios, cualquier empleado no especializado los puede usar.
Por otro lado, el Cloud Computing aumenta la productividad. Al tener toda la infraestructura alojada bajo un único proveedor online, no se pierde el tiempo en labores administrativas. Esto facilita a los usuarios dedicarse exclusivamente a sus actividades.
Además, los sistemas de almacenamiento en la Nube, cuentan con software integrados y seguros. Existen soluciones que tienen integración con otros sistemas.
Fuente: www.biobiochile.cl