«Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Todos los derechos humanos son universales,
complementarios, indivisibles e interdependientes.
La orientación sexual y la identidad de género
son esenciales para la dignidad y humanidad de cada
persona y no deben ser motivo de discriminación o abuso.»
Principios de Yogyakarta
Durante junio, las redes sociales se han llenado de los colores del arcoíris para celebrar la diversidad sexual y recordar a quienes han trabajado a través de muchos años en crear un mundo donde se respeten los derechos de todas las personas por igual, donde podamos amar sin restricciones, sin miedo, sin odio y sin dolor; donde amemos lo que somos y donde el respeto por las diferencias sea el invitado de honor. La heteronormatividad que esta sociedad nos impone, muchas veces nos impide conocer estas diferentes formas de ser y vivir que nos rodean, por lo que salirse de la norma y tener una sexualidad diversa puede llevar a hechos de discriminación, exclusión y LGBTIfobia.
También este mes es un momento para detenerse y pensar en cómo estoy contribuyendo o como puedo contribuir de alguna forma con tareas concretas que permitan lo anteriormente expuesto; y la respuesta puede ser sencilla, son acciones pequeñas que multiplicadas pueden generar transformaciones importantes: Educar con amor, enseñar desde la niñez que existen diferentes tipos de familias, de formas de ser y de estar, de enamorarse, de vivir; que son únicas y valiosas. Entregar herramientas a niñes y adolescentes para que crezcan sin miedo, sin prejuicios, aprender a escucharles, a contenerles a orientarles de la forma más amplia posible para que cuando sean adultos puedan tomar sus propias decisiones. Como adultos, educarnos, informarnos, romper con estereotipos que menoscaban la vida de muchas personas y apoyar firmemente el trato igualitario y los derechos humanos.
En pocas palabras con RESPETO, y digo respeto como valor, aquel que permite a las personas reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos; aprender de las diferencias y de la diversidad; de la cuales surge la pluralidad y la riqueza de una sociedad.
Más de alguien este mes ha leído el hashtag #LaUachEsDiversa, con lo cual reconocemos nuestras diferencias en todos los ámbitos, visibilizamos la diversidad y aprendemos de ella. Al visibilizarla podemos empezar a entender el mundo de otras personas, a reflexionar desde donde vienen arraigadas nuestras creencias y nuestros pensamientos; podemos evolucionar y cambiar, podemos transformar realidades.
La invitación es a dar el primer paso, el resto del camino aparece a medida que caminamos, recordando también que los pasos que no te atreves a dar, también dejan huella.