Representantes de diversos países que forman parte del Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nucleares en América Latina y El Caribe (ARCAL) se dan cita en Valdivia para participar del curso de Bioestadística, financiado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Los profesionales expertos, reunidos desde el 15 al 19 de diciembre, desarrollarán una serie de talleres, capacitaciones y salidas a terreno en el marco de la iniciativa «Desarrollo de indicadores para determinar el efecto de los pesticidas, metales pesados y contaminantes emergentes en los ecosistemas acuáticos continentales importantes para la agricultura y la agroindustria», proyecto RLA/7/019, ejecutado por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) y la Universidad Austral de Chile (UACh).
El propósito del estudio es proporcionar un marco técnico para el seguimiento de los sistemas acuáticos continentales lóticos y lénticos en América Latina y así proporcionar a las autoridades gubernamentales una herramienta de alerta temprana (mapa de riesgo) para la gestión de los recursos hídricos.
El académico del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la Facultad de Ciencias UACh, Dr. Jorge Nimptsch, fue el encargado de recibir a los participantes y encabezar la ceremonia de bienvenida en su rol como encargado de la línea de Biomarcadores del proyecto.
El primero en hacer uso de la palabra fue Rodrigo Palma, coordinador nacional del proyecto regional, que gestionó la realización del curso. El profesional señaló que uno de los objetivos de la capacitación es lograr estandarizar el manejo estadístico en los distintos países y así entregar una información confiable para el establecimiento de políticas públicas a los distintos gobiernos.
En tanto, la Dra. Adriana Nario, jefa de la sección Agricultura de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, sostuvo que los esfuerzos están orientados a conocer y ayudar a mejorar las prácticas agrícolas, apuntando a la inocuidad de los alimentos.
La Dra. Nario explicó que además de las técnicas tradicionales para detectar elementos contaminantes como pesticidas en el suelo, sedimentos o cursos de agua, se suman las técnicas isotópicas o nucleares que permiten, gracias a su trazabilidad, recabar mayor información.
«Cuando uno menciona la palabra nuclear, mucha gente piensa en radiactividad y eso no siempre es así. Los isótopos son elementos con distinta masa y se pueden trazar en el ambiente, sean o no radiactivos, para así tener datos más fehacientes que se puedan complementar con monitoreos tradicionales», dijo.
Durante la primera jornada también hizo uso de la palabra, el Director del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) Jorge Cid, quien además de darles la bienvenida a los asistentes al curso, sostuvo que los estudios e investigaciones que aporten a descifrar el efecto de los contaminantes en el medioambiente, colaboran en generar productos de mayor calidad para la población, de esta manera preservan mejores estándares de salud en los individuos que consumen esos productos.
Autoridades y profesionales en el inicio del curso.
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