Por su parte, el Director del Núcleo de Investigación en Riesgos Naturales y Antropogénicos RiNA UACh, Galo Valdebenito, destaca que los grandes terremotos “han marcado un antes y un después en términos normativos”.
Vea aquí columna “Terremoto de 1960, un patrimonio cultural compartido”, escrita por el Director de la Dirección Museológica, Marcelo Godoy.
Significativo y permanente ha sido el aporte que ha realizado la Universidad Austral de Chile a la educación y promoción de una cultura sísmica en el país, sobre todo en el sur austral. Charlas, conferencias, publicaciones científicas, eventos, libros y difusión a través de medios de prensa, entre otros, han sido las vías mediante las cuales nuestros profesionales y científicos han compartido su conocimiento a la comunidad.
En ese contexto y a 61 años del terremoto de 1960 en Valdivia -el más grande del cual se tiene registro-, la UACh no quedará ajena a esta conmemoración. Es así como la Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile conmemora este nuevo aniversario invitando a la comunidad a recorrer la plataforma www.viajealepicentro.cl. Ahí podrán acceder a material exclusivo en torno a este evento sísmico que cambió en cuestión de minutos la vida y conformación del territorio sur austral. En ella se pueden revisar imágenes de archivo, escuchar relatos de personas que vivieron en carne propia este devastador fenómeno natural y acceder a una ruta patrimonial que presenta 10 hitos que recorren y recrean la experiencia histórica del movimiento telúrico de 9.5 grados en la escala de Richter. Además, en la renovada página web de www.museosaustral.cl se puede acceder al objeto y álbum del mes de mayo, propuestas que se encuentran enfocadas en esta conmemoración. Por un lado, el objeto del mes -las agujas RCA Víctor, ca 1940- invita a reflexionar sobre el rol de la música en torno a las tragedias; esto gracias a la creación de una copla (composición poética destinada a ser cantada) de la cantante de boleros Carmen Prieto, quien se inspiró en esta pieza de la colección fonográfica UACh. Conozca más sobre este objeto en el siguiente enlace http://www.museosaustral.cl/2021/05/01/objeto-del-mes-de-mayo-agujas-rca-victor-ca-1940/
En el caso del álbum del mes de mayo, iniciativa de divulgación de las colecciones fotográficas de la Dirección Museológica UACh, se ha escogido una secuencia con tomas del Riñihuazo, dando vida al relato de Fresia Lavín San Martín, viuda de Abara de 102 años, quien compartió parte de sus memorias del Teatro Galia de Lanco.
“Esta gran tragedia, terremoto y Riñihuazo, los vivimos como familia en Loncoche, donde trabajaba junto a mi marido Jorge Abara Kessie, cuya gran pasión era el negocio del cinematógrafo. Nos dedicábamos a dar funciones en Pucón, Panguipulli, Máfil, entre otros lugares. A nosotros el terremoto nos afectó directamente, pues habíamos enviado unas máquinas proyectoras –de última tecnología para la época– al Teatro Cervantes en Valdivia para hacerles mantención, pero cedieron unas vigas y sufrimos una pérdida total”.
“El año 1970 nos trasladamos a vivir en los altos del Teatro Galia de Lanco, para trabajar en el cine. Una de las primeras películas que mostramos fue la gran producción ‘Krakatoa al Este de Java’ sobre el gran cataclismo ocurrido el año 1883, con la erupción del volcán y el maremoto que causaron miles de muertes. El estreno estaba lleno, y en una escena muy impactante, con las olas del maremoto en pantalla gigante, el público se aterrorizó y comenzó a salir gritando. Al principio no sabíamos que pasaba y nos asustamos, hasta que alguien gritó ‘Terremoto, maremoto, acabo de mundo’, entonces caímos en cuenta que era a causa del trauma del 60. Para muchas personas, seguramente era su primera experiencia en el cine y con la película recordaron todo y les causó pánico. Muchas familias habían sido reubicadas en la población 22 de Mayo de Lanco, provenientes de Mehuín, Toltén y otros lugares afectados por la catástrofe”.
Les invitamos a revisar el álbum completo aquí.
Muestra virtual y conversatorio acerca de amenazas naturales
Por su parte, el Núcleo Milenio Cyclo junto al Centro de Investigación para la Gestión Integrada de Riesgo de Desastre (CIGIDEN) participarán en la presentación de seis módulos interactivos, maquetas 3D, más un recorrido virtual para quienes participen de este conversatorio científico-ciudadano, esto en el marco de un proyecto de Ciencia Pública adjudicado por el centro FONDAP. El evento se efectuará el sábado 22 de mayo a partir del mediodía a través de la plataforma Zoom.
¡Chile, territorio en Movimiento!, lleva por título la cita desarrollada por científicos y científicas del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastre CIGIDEN, y que, para esta presentación en la Región de Los Ríos contará con la participación de científicos asociados del Milenio Cyclo: Daniel Melnick (UACh) y de Marco Cisternas (PUCV).
En este sentido, para Daniel Melnick, “el impacto de este terremoto y posterior tsunami, marcó un antes y un después en la historia de Valdivia como también en los estudios de estos fenómenos. Para nosotros como Núcleo, es de gran importancia poder participar en estas actividades informativas hacia la ciudadanía acerca de las amenazas naturales que existen, como también los distintos procesos que ello conlleva”, expresa.
Quienes deseen participar, deben inscribirse en el siguiente link: Click Aquí. Por otra parte, también participarán expertos de la Universidad Católica del Norte, de la Universidad de Valparaíso, Universidad Católica de Valparaíso, de Fundación Proyecta Memoria y del Par Explora Los Ríos.
Más educación sísmica
Dada la importancia e impacto social que significó el terremoto de 1960, para este año Cyclo, la Facultad de Ciencias UACh y el proyecto Anillo Precursor, desarrollarán el proyecto titulado “El monstruo que mueve la Tierra: El Kamishibai como herramienta formativa de cultura sísmica en la primera infancia”, financiado a través del Ministerio de las Artes, Cultura y Patrimonio, a través del Fondo del Libro y la Lectura en su convocatoria 2020.
La iniciativa planea llegar a educadoras de párvulo de al menos 500 establecimientos de todo Chile, con talleres de Kamishibai, consistentes en mejorar la capacidad de contar cuentos a través de láminas ilustradas y teatrillo, cuya temática abordará cómo un par de amigos se enfrentan e investigan acerca de los terremotos. El proyecto está pensado en incluir la educación sísmica en la primera infancia.
Dichos talleres, se realizarán desde julio de 2021 de forma telemática y dirigidos a equipos de educación parvularia, contemplando módulos tales como: geología básica, identificación de elementos del método científico en el arte, además de herramientas de la comunicación para la mediación de la lectura a través del uso del kamishibai.
De forma paralela, los investigadores de Cyclo hacen presente poner atención el mural titulado “Valdivia, de minutos a milenio”, ubicado en el centro de la ciudad (Chacabuco con Camilo Henríquez), cuyo objetivo es potenciar la educación sísmica, recuperando un espacio en el centro de Valdivia. La obra se ejecutó en el marco del Festival de la Ciencia 2020 por Núcleo Milenio Cyclo, la Facultad de Ciencias de la UACh, el PAR Explora Los Ríos y el proyecto Anillo Precursor.
Acorde a lo anterior, dicho mural fue diseñado por la artista y divulgadora de la ciencia, Isabel Guerrero Schiappacasse, con asesoría de Daniel Melnick (geólogo) y Carolina Ihle (Arquitecta), y pintado por los artistas Carlos Escuvier y Claudio Voitmann –ambos del colectivo Quarzo.
Grandes terremotos: un antes y un después en términos normativos
También es interesante conocer el aporte que ha realizado a la educación sísmica desde la ingeniería. El académico del Instituto de Obras Civiles y Director del Núcleo de Investigación en Riesgos Naturales y Antropogénicos RiNA UACh, Galo Valdebenito, enfatiza que “los grandes terremotos como el de 1960 y el de 2010 en Chile han marcado un antes y un después en términos normativos hoy tenemos un cuerpo normativo más robusto y ese es quizás el mayor aprendizaje”
Explica que el terremoto de 1960 ocurrió justamente en un contexto en que se estaba realizando una adecuación a la normativa que venía de la década del 50 y que definiría a la zona de Valdivia como de amenaza sísmica media a baja. “Lo que hizo el terremoto de 1960 es romper completamente esa hipótesis y pasamos a transformarnos en una zona de amenaza sísmica alta, de las más altas del mundo”. De hecho, esto trajo consigo que la normativa de la época se modificara y se actualizara oficialmente el año 1972.
Agrega que se está trabajando en la actualización de la normativa tras el terremoto de 2010. “Hoy tenemos por ejemplo normativas que regulan el diseño de edificios e instalaciones industriales, así como los elementos no estructurales tales como tabiques de fachadas que, si bien no producen afectación a la estructura, son motivo de riesgo. Hay normativas para el diseño sísmico de ascensores, para el diseño de edificación en zonas de tsunami, se actualiza la norma para el diseño de puentes, se incorporaron criterios que consideran el efecto del suelo en el diseño
sismorresistente de los edificios y recientemente durante 2020 se promulgó una nueva norma que justamente aborda una temática que no estaba cubierta y que dice relación con la restauración de las estructuras patrimoniales de cara al diseño sismorresistente. Esta última es una norma muy potente que incorpora criterios de diseño basado en desempeño, es una norma que establece parámetros duros que son útiles cuando hay incertidumbre sobre calidad de materiales”.
En resumen, explica el académico, tras el terremoto de 2010 se inició un trabajo que busca incorporar nuevas regulaciones y criterios a la Norma Chilena 433, pero como se trata de procesos lentos que involucran la mirada de muchos expertos, mientras ello ocurre, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo promulgó en 2011 los D.S. N° 60, Reglamento que fija los requisitos de diseño y cálculo para el hormigón armado y el D.S. N° 61, Reglamento que fija el diseño sísmico de edificios, ambas normativas vienen a regular de forma rápida los aspectos que la norma 433 no cubría y que, que sin duda, serán incorporadas en su futura actualización.
El despegue alcanzado en materia de ingeniería sísmica en los últimos 10 años permite que hoy exista más conciencia y que se hable de la salud estructural de los edificios, adicionalmente hay una mayor fiscalización y control de obra, lo que hace que no sólo los diseños sean más seguros, sino también la ejecución de las obras.
A ello se suma el salto tecnológico que se ha producido en relación con la protección sísmica de la infraestructura sobre la base de incorporar dispositivos de disipación de energía o elementos de aislamiento de base que buscan minimizar los niveles de vibraciones concluye el académico.