Para Juanito Molotov no había colores políticos, ni edades, ni grados académicos. Él era el amigo de todos y así fue recordado en el homenaje que la banda Combo Chabela, autora de un tema inspirado en su vida, le rindió el pasado 12 de julio en el Casino Central del Campus Isla Teja, de la UACh.
“Para nosotros es un orgullo que se realice un reconocimiento a Juanito a un año de su partida que sentimos mucho como comunidad universitaria. Era muy querido por nosotros, por el personal y los estudiantes. Venía todos los días a almorzar y compartir: era parte de la casa”, comentó Ingrid Oporto, administradora del Casino Central.
Juan Marcos Ascencio Gallardo nació en 1964, llegando a ser por su cautivadora inocencia un personaje valdiviano muy conocido y querido por todos. Siempre fue un niño; así lo determinó un golpe en su cabeza, junto con la muerte de su madre y de su padre a muy temprana edad, circunstancias que confabularon para que encontrara su hogar en las calles y su cama bajo el puente, pasando hambre y frío, gran parte de su vida.
Era muy joven cuando sus pasos lo condujeron a la Universidad, donde el Casino se convirtió en uno de sus lugares favoritos. “Llegué el ‘82 y en esos años ya estaba Juanito», recuerda Leonel Beroiza Jaramillo, funcionario de Casino Central. “Yo tenía 20 y Juan unos 17: era un niño… Siempre tuvo el almuerzo gratuito, lo apañaban los estudiantes, los funcionarios. Si hacíamos paseo lo llevábamos; era muy cercano”, agregó.
“Cuando se quedaba a almorzar se acercaba a nosotros, a tomar el tecito. Hubo un tiempo en que estuvo estudiando, aprendiendo a leer y a escribir y nos mostraba sus tareas… Esos días que desapareció lo echamos de menos enseguida. La noticia nos dio mucha pena, era como un hermano…; un sentimiento bien profundo”, recordó Leonel.
“Y va a quedar la caga’…”, es la frase de Juanito que todos recuerdan. Aquélla que vociferaba en los 80 al fragor de las marchas en las que participaba como un universitario más. La frase que el pasado 12 de julio resonó en el Casino Central en las voces de la banda juvenil coreada por todos los presentes.
“Cuando había elecciones se sacaba foto por la lista de ultraderecha y foto por la lista de ultraizquierda. Era amigo de todos, como un niño”, dijo, reiterando que para él eran todos iguales. También ayudaba a resguardar la seguridad. “Cuando entraban ladrones al casino a robarse las pertenencias de los alumnos, me venía a decir: ‘Tío Leo ese que anda allá…’. Los conocía a todos porque andaba mucho en la calle”, señaló.