Con alta participación principalmente de estudiantes, se realizó en el Aula Magna de la Universidad Austral de Chile el Foro Aborto Terapéutico, organizado por el Centro de Estudiantes de la Escuela de Medicina UACh.
Con el objetivo de, según explican sus organizadores, «generar un debate crítico y técnicamente informado frente a un asunto tan importante para la salud y la sociedad de nuestro país como es el aborto terapéutico, y para que especialmente los estudiantes universitarios aprendan a diferenciar la realidad y la práctica clínica de lo que respecta a la Ley», el foro contó con especialistas de diversas disciplinas, quienes entregaron sus visiones ocupacionales, antropológicas, éticas, de salud e incluso políticas del tema.
El Panel estuvo conformado por la Dra. Denisse Anrique, Gineco-obstetra del Instituto de Obstetricia y Ginecología; Dra. Ximena Barraza, Pediatra Genetista y Especialista en Bioética, Instituto de Pediatría; Dra. Jimena Carrasco, Terapeuta Ocupacional, Doctor en Psicología Social, Académico Escuela de Terapia Ocupacional, Instituto de Aparato Locomotor y Rehabilitación; Dr. Tomas Baader, Psiquiatra del Instituto de Neurociencias Clínicas; Prof. Ricardo Oyarzún, Antropólogo, Bachiller en Filosofía y Cs. Sociales, Licenciado en Antropología Social, Master of Public Health, Docente Instituto de Salud Pública; Dra. Yanira Zúñiga, Abogado, Doctorado en Derecho, Programa de Derechos Fundamentales, Docente Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales; y el Médico Cirujano y Concejal de la Ilustre Municipalidad de Valdivia, Dr. Jorge Moya.
Aspectos clínicos y bioéticos
Cada especialista entrego una charla sobre el aborto terapéutico bajo la perspectiva del desempeño de sus respectivas disciplinas.
El punto de vista clínico fue entregado por la Gineco-obstetra del Instituto de Obstetricia y Ginecología UACh, Dra. Denisse Anrique, quien dio informaciones como, entre otras, «estudios en la década de los 90’s que indican 50 abortos por cada 1000 mujeres, o sea 35.3 abortos por cada 100 embarazos. En el mundo se ha visto que en los países en los que el aborto está legalizado la frecuencia no es muy distinta, pero la diferencia está en las condiciones en las que se realiza, son inseguras en países donde no está legalizado y va de la mano con complicaciones serias».
Se refirió además a la identificación de conceptos como «aborto terapéutico, que es cuando se interrumpe la gestación por razones de salud materna, y el aborto eugenésico cuando se interrumpe la gestación para priorizar entre el útero o el feto, si las posibilidades de vida del feto no son viables. Clínicamente hay ejemplos de aborto terapéutico como un embarazo ectópico (fuera del útero), con un embrión que se desarrolla en una de las trompas de falopio y no tiene posibilidades de vivir. El feto va a crecer un poco más y romper la trompa, produciendo hemorragia masiva que puede llevar a la muerte materna. En relación al eugenésico, un caso recurrente es la anencefalia, fetos sin encéfalo. Presentan tronco por lo que al nacer pueden tener sus funciones básicas, pero no duran más de una semana de vida».
La Dra. Ximena Barraza, Pediatra Genetista y Especialista en Bioética del Instituto de Pediatría, se refirió a los aspectos bioéticos del tema. En primer lugar, trató acerca de «la capacidad de las personas de tomar decisiones, en el marco de los Derechos Sexuales y Reproductivos, universales e inapelables, ligados a la vida, la salud, a la libertad, a la posibilidad de elegir cuando tener sus hijos o no, la posibilidad de formar familia en el contexto que uno quiera considerarlo familia, a la igualdad, a la libertad de gustos y creencias, entre otros derechos como la educación, la capacidad de elegir y tener acceso a las novedades y a los cambios en la práctica médica y la investigación científica».
La Dra. Barraza planteó algunas interrogantes como «¿nosotras mujeres somos personas igual que todos los demás, o somos personas de otra categoría?, ¿por qué las decisiones que nos competen, no las podemos tomar? Somos capaces de tomar las decisiones pero no tenemos la libertad hacerlo. Las mujeres no somos sólo un medio para tener un hijo, somos personas que queremos tener a nuestros hijos para que ellos se desarrollen sanos y felices en una relación de amor. Cuando decidimos abortar, no tenemos que correr el riesgo de hacerlo en la clandestinidad, con alto riesgo de complicaciones y muerte. Además si hay una persona que bajo un marco religioso toma una opción, no por eso tiene que hacerse extensivo al de al lado, que a lo mejor no tiene la misma creencia».