Con el objetivo de generar una discusión a partir de la cual actualizar el contenido del Marco Sectorial de Agricultura y Gestión de Recursos Naturales considerando los cambios recientes en el contexto internacional y regional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llevó a cabo una reunión técnica sobre este tema el pasado mes de febrero de 2016.
Uno de los expertos invitados a participar de esta reunión fue el académico del Instituto de Bosques y Sociedad de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, Dr. Mario Niklitschek, quien en base a su experiencia en proyectos desarrollados con el BID en relación a Latinoamérica expuso la presentación “Manejo de recursos renovables en las economías crecientemente abiertas de América Latina y el Caribe”.
“La presentación estuvo enfocada en la situación actual de Latinoamérica, cuyo gran problema en estos momentos es el término del ciclo de commodities, esto significa que los precios de los minerales y de la energía han caído significativamente, situación que ha afectado a varios países”, señaló el Dr. Niklitschek. Éste es el caso, por ejemplo, del cobre en Chile; el hierro en Brasil y carbón y petróleo en Colombia.
El académico explicó que los alimentos, a pesar de que también se han visto afectados por la caída de precios, mantienen un valor más estable que el de los minerales y que los productos energéticos como el carbón y petróleo. “Esto significa que las oportunidades de exportación en este momento y los próximos años es posible que se inclinen por aquellos productos que se generan con recursos renovables, como productos agrícolas”, afirmó. En este sentido, la fruticultura, que en Chile se encuentra bien posicionada, o la industria vinícola, son sectores que están en una mejor situación que la minería. “Lo mismo ocurre en Perú. En Ecuador, por ejemplo, la industria acuícola es muy importante, especialmente el cultivo del camarón. La población busca aquellos alimentos más sanos y funcionales y esto genera presión sobre los recursos pesqueros, sobre el manejo acuícola y el manejo del agua. Mucha de la producción frutícola está basada en riego y eso significa que hay recursos críticos en esta nueva etapa de exportación”, indicó el profesor.
“Eso nos llevó a discutir qué es lo que se sabe desde el punto de vista de la gestión del agua, qué es lo que se ha hecho, cuáles son las oportunidades para mejorar la eficiencia su uso y los desafíos que surgen. Tuvimos la oportunidad de mostrar las diferencias que hay en la eficiencia en el aprovechamiento del agua en distintos países”, agregó.
Las diferencias son muy notorias, según el académico. “Se tiende a pensar que el uso de agua es fundamentalmente para riego, y eso es correcto en algunos países, como el caso de Chile y Perú. Sin embargo, en otros el agua tiene un uso fundamentalmente orientado a apoyar la industria turística, como son los países del Caribe”.
El problema, explicó, surge a medida que crece la población, que existen desafíos de exportación y surge la necesidad de cambios institucionales. “Todavía hay mucho que hacer, no solo en agricultura, sino en usos industriales, incluso uso doméstico”, advirtió.
En cuanto a Chile, teniendo en cuenta datos recientes, el docente señaló “que a medida que ha aumentado la demanda por el crecimiento económico y ha habido menos precipitaciones el mercado se ha agilizado y han existido más transacciones”.
Brasil ha seguido un modelo muy distinto. “Se ha pensado usar un modelo basado en manejo de cuencas con participación de todos los actores. El problema que ha tenido Brasil es que los comités de usuarios no han sido muy activos y siguen dependiendo fuertemente de los lineamientos del gobierno federal. Si se compara con Chile, en nuestro país ha funcionado de mejor forma, pero no ha sido por una política del gobierno, sino por la tradición de los comités de usuarios. En Chile la institucionalidad depende de los comités de usuario, ellos tienen responsabilidad tanto en La fiscalización, como en el registro de las reasignaciones”.
El diálogo continuó analizando los avances en el manejo de recursos pesqueros y en las presiones sobre el uso de la tierra, además de la deforestación en Latinoamérica.
Recomendaciones
El académico concluyó con cinco recomendaciones para las políticas del BID, entre las que mencionó apoyar el desarrollo del conocimiento en políticas públicas para el manejo de los recursos naturales renovables; continuar impulsando el desarrollo de derechos de propiedad en pasos progresivos, reflejando las características de los recursos y actuando sobre los incentivos a la informalidad; impulsar el desarrollo del mercado de seguros para actividades agrícolas y acuícolas; apoyar pagos por servicios ambientales diseñados para reducir la presión de personas vulnerables sobre RR.NN en proceso de degradación; y financiar la generación y transferencia de tecnologías que favorezcan la adaptación y resiliencia de los sistemas productivos al cambio climático.