Un accidente cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica, que se produce por una obstrucción del suministro de sangre o un sangrado en el cerebro. En Chile afecta a 69 casos cada día, ocupando el segundo lugar de causas de muerte en nuestro país, cobrando la vida de 1 persona cada hora. Adicionalmente, es la primera causa de discapacidad en personas adultas mayores de 65 años.
Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer un ACV. Como factores no modificables encontramos que ser hombre, ser mayor de edad y tener antecedentes de familiares directos aumenta el riesgo de padecer un ACV. Por otra parte, como factores modificables encontramos la hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, colesterol elevado, obesidad, sedentarismo y fibrilación auricular. La identificación de factores de riesgo es de suma importancia en la prevención, dado que elegir hábitos de vida saludables reduce de manera significativa el riesgo de padecer uno.
La consigna “tiempo es cerebro” demuestra la importancia de la detección oportuna del ACV. Los síntomas más frecuentes son alteraciones en el habla ¿dices cosas extrañas cuando HABLAS?; brazo ¿eres incapaz de mantener tu BRAZO extendido por unos segundos?; cara ¿tienes la mitad de la CARA débil o caída?
El ACV es una importante causa de discapacidad. Las secuelas más limitantes son aquellas que reducen la independencia funcional de las personas afectadas: hemiparesia o pérdida de fuerza en un lado del cuerpo; hemihipoestesia o pérdida de sensibilidad en un lado del cuerpo; afasia o pérdida del lenguaje y por ende de la capacidad de comunicarse; disfagia o dificultad para tragar alimentos, entre otras. Aquí resulta fundamental el equipo de rehabilitación compuesto por Neurólogos, Fisiatras, Terapeutas Ocupacionales, Fonoaudiólogos, Kinesiólogos, Psicólogos, Enfermeros, Trabajadores Sociales, etc., para actuar en cada una de las etapas del proceso de rehabilitación.
Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular y el mundo pone su atención en esta enfermedad, que pese a su gran prevalencia permanece casi en el anonimato social. Conocer qué es el ACV es fundamental para su prevención, aumentando la sobrevida de las personas que presentan alto riesgo de padecerlo, incrementando considerablemente la calidad de vida de nuestra población.
Ver aquí columna de opinión publicada en el Diario Austral de Valdivia