¿Cómo te sientes con esta invitación que te hicieron a participar de estas jornadas de foros organizados por la UACh?
Respondiendo a la invitación que se me hizo a estas jornadas de foros y contestando al cómo estamos construyendo futuro desde la historia, es muy potente la posibilidad que tenemos hoy en día de discutir y dialogar sobre los diversos movimientos sociales que han surgido y han sido parte de nuestra historia.
Con relación a los 40 años del golpe militar, estamos cerrando un ciclo político que originó este hecho, estamos tratando de ir reparando las heridas, que no sólo afectó a los derechos humanos, sino que a la ciudadanía en general, pero estamos un poco atrasados en esa reparación, no hemos sido todo lo eficaces que hubiésemos querido.
¿Cómo nos hemos hecho cargo de este hecho histórico para nuestro país?
Bueno es dura la historia que debemos pasar ahora, tenemos que hacernos cargo de lo que dejamos escondido debajo de la alfombra durante muchos años, Pero también es una oportunidad espectacular, es la oportunidad que cualquier país la quisiera tener, la posibilidad de construir su propia historia y esa es una opción muy interesante que debemos alimentar.
¿De qué manera se diferencian los movimientos sociales de aquellos años, con el renacer que hemos visto en esta última década, teniendo como ejemplo el movimiento estudiantil?
Lo que diferencia este último movimiento de los demás, es su profundidad y mayor conciencia, pero sobre todo mayor articulación para acabar con la obra dictatorial. No sólo con la dictadura como un fantasma.
Eso ha sido bien intenso, bien interesante, me parece particularmente atractivo como posibilidad. Ahora, este movimiento tiene la posibilidad de conducir lo histórico que estamos viviendo ahora y yo creo que ha perdido un poco esa oportunidad. Ahora, puede recuperarla.
¿Por qué crees que se ha perdido esa oportunidad?
Se debe a que se asumió que no todas las herramientas eran válidas, por tanto perdieron repertorio, si realmente quieres hacer algo, se deben ocupar todas las herramientas que sirvan y aquí hay varias que no se quisieron ocupar. Por lo mismo, uno tiene que tener mucho cuidado en el cómo, no cualquier herramienta o cualquier modo, pero tampoco puede andar pensando que yo excluyo herramientas porque sí, porque no es mi modo.
Además, porque hubo un sensación de dilación. Que yo he discutido mucho con otros colegas, que la tesis de decir que este es un proceso de acumulación de fuerzas, donde ahora tenemos mucho dispuesto para la batalla final. Para mí, todas son la batalla final, nadie la reconoce, nadie sabe que el día “d” es dicho día. Entonces, tu vez la historia y debes tratar de correr el cerco todo lo que puedas en ese momento.
¿Cuál es tú impresión sobre la masificación de la información por medio de las redes sociales?
Es lo normal por estos tiempos, el gran triunfo del movimiento estudiantil estuvo justamente en la capacidad de abrir el espacio público. Este espacio estaba tomado por los medios de comunicación, el movimiento estudiantil logra producir una capacidad de acción en el espacio público inédita a partir de interacciones cara a cara y eso es muy notable y esas intervenciones luego se traducen en las redes sociales, a través de internet. Pero generalmente, hay un mundo paralelo de construcción del espacio público que se aprovecha muy bien y por eso el triunfo del movimiento estudiantil, es un triunfo cultural ante todo, no institucional.
Hoy día Chile discute un conjunto de cosas; no sólo temas relacionados con la dictadura, sino que muchos otros, temas que se van a discutir por varios años más y que están abiertos ahora, eso es una muy buena noticia.
¿Qué opinas de esta ola de “perdones” tras cumplirse 40 años del golpe militar? ¿Crees que genera algún tipo de impacto en la sociedad?
No, yo creo que la prostitución del perdón es también un problema, el perdón siempre debe significar algo, no es que yo pida perdón y se acabe el asunto, sino que pido perdón y no espero lo mismo de mi contraparte.
Aquí hay un tema bien simple, uno puede tener ideas bien locas, pero del tener ideas y hacerlas, hay un paso enorme y aquí los que lo hicieron, fueron unos pocos no más. Y pedir perdón, tiene que ser eficaz políticamente, tiene que significar algo.