La gran dependencia energética, el alto nivel de contaminación que generan los combustibles fósiles, nos han llevado a potenciar el desarrollo de nuevas fuentes de energía que sean renovables y de bajo impacto ambiental.
Es así como los biocombustibles se presentan como una gran alternativa a los combustibles fósiles, pues a partir de la biomasa se puede producir combustibles como biodiesel, biogás y bioetanol. Este último es el foco de la investigación que dio origen al artículo titulado “Saccharification of brown macroalgae using an arsenal of recombinant alginate lyases: Potential application in the biorefinery process”, y en el que participa como una de sus autoras la académica de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile (UACh), María Cristina Ravanal.
El título en español del texto es “Sacarificación de macroalgas pardas utilizando un arsenal de recombinantes alginato liasas: con potencial aplicación en el proceso de biorefinería”. Fue publicado en la revista Journal of Microbiology and Biotechnology, de alto impacto en el área de estudio. Los otros autores son los Doctores Javier Gimpel, Oriana Salazar y María Elena Lienqueo, investigadores de la Universidad de Chile.
El estudio que dio origen a esta publicación se desarrolló en conjunto con el Grupo del Centro de Biotecnología y Bioingeniería de la Universidad de Chile (CeBiB), con el objetivo de generan enzimas que permitan romper (hidrolizar) completamente las algas pardas y así utilizar estos azúcares en un proceso de biorefinería, para producir bioetanol o bioplásticos, explicó la Dra. Ravanal, docente del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICYTAL) de la UACh.
“Trabajamos con el alga parda (Macrocystis pyrifera), con el propósito de generar bioproductos a partir de los azúcares presentes en esta alga, que fue recolectada a 30 km. al suroeste de Puerto Montt, por el grupo del profesor Buschmann de la Universidad de Los Lagos”, indicó la docente de la UACh.
Agregó que “estas algas son casi un desecho, pues la cantidad de personas que las utilizan son pocas, y la mayoría de las algas quedan tiradas en las playas producto del oleaje del mar. Por eso, lo que proponemos es una alternativa a los combustibles fósiles, como lo hace Brasil utilizando la caña de azúcar o Estados Unidos a partir del maíz para producir bioetanol”.
“Una de la principales ventajas de utilizar algas, es que no necesitan tierra fértil para ser cultivadas, pues crecen en granjas marinas y, por lo tanto, no compiten con el espacio físico para la producción de alimentos”, recalcó la investigadora de la UACh.
Contexto y Trabajo futuro
Una de las alternativas que ha acaparado mucho interés en las últimas décadas es utilizar biomasa de alga para la producción del bioetanol. Las algas tienen altas concentraciones de carbohidratos en forma de polisacáridos (polímeros de azúcares), los cuales después de su fragmentación utilizando enzimas son liberados y pueden ser fermentados a bioetanol.
En este contexto se desarrolló la investigación que estudio la generación de biocombustibles a partir de algas. Los investigadores generaron 21 enzimas a nivel de laboratorio para romper (hidrolizar) las algas, las que no se encuentran disponibles en el comercio. Este estudio se efectuó en el marco de los Proyectos CONICYT, AKA-ERNC 009 y del Proyecto BASAL FB-0001.
Para la Dra. María Elena Lienqueo, profesora de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, sería muy interesante poder generar vínculos con alguna empresa que esté interesada en la producción a mayor escala de estas enzimas.
“En nuestro Centro de Biotecnología y Bioingeniería de la Universidad de Chile (CeBiB), tenemos un grupo de transferencia tecnológica que está trabajando en buscar posibles proyectos en esta área. Entre las líneas está utilizar las enzimas para la producción de polisacáridos que tengan aplicación como bioestimulantes agrícolas, prebióticos y en la producción de bioetanol”, manifestó la científica.
Foto aga parda: http://www.subpesca.cl