Con el fin de informar sobre las investigaciones que se están llevando a cabo dentro de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, es que ésta realiza cada miércoles presentaciones a cargo de académicos y estudiantes. En este contexto, el docente Iván Díaz expuso la charla “Biodiversidad y conservación desde la copa de los árboles hasta las ciudades”.
El académico explicó que desarrolló dos líneas de estudios cuya relación está en el hecho de que al conservar los elementos estructurales como los árboles conservamos al mismo tiempo los organismos asociados a éstos. Uno de los resultados obtenidos de estos estudios fue que un componente estructural importante en los bosques son los árboles grandes y antiguos, éstos generalmente están provistos de epífita, plantas que crecen en él y usan el árbol como sustrato. Pero además de esto se encuentran insectos como escarabajos, avispas, mariposas, y animales, como murciélagos y aves. En el suelo epífito existen gran cantidad de depredadores y descomponedores.
Según el docente, antes de la década de los 80 prácticamente no se había accedido al dosel, sin embargo, luego de desarrollarse las técnicas de acceso, comenzaron a descubrirse gran cantidad de organismos nuevos. Para conocer estos árboles y cuáles son las especies que tienen en la copa “uno se sube a los árboles con cuerdas y arneses, que es lo que hago desde hace 7 años, período en el cual he encontrado muchas cosas, entre ellas una gran riqueza de especies arriba de ellos”, señaló.
Los árboles acumulan mucha materia orgánica, incluso otros árboles. Como ejemplo, en el caso estudiado de un Ulmo, se instaló una planta abundante en biomasa y número de individuos: la chupallita. “Otro dato interesante es que a medida que aumenta el diámetro del árbol crece también la cantidad de biomasa, acumulación de epífita, suelo y riqueza de especies”, explicó el docente.
En cuanto a las aves que habitan en las ciudades, otros estudios señalaron que éstas se pueden separar por ambiente: aves que viven en el suelo, loica y turca de Chile, y aves que habitan sólo en construcciones, gorrión y paloma. “En términos de conservación estos datos son importantes porque nos dan una guía de lo que tendríamos que tendríamos que hacer para facilitarles la vida a otros organismos como las aves”, indicó. En general concluyó que si hay árboles existirán aves ya que a éstas les gusta el follaje, las aves del suelo son sensibles en un ambiente urbano y por último, las aves aumentan con el número de especies de árboles nativos.