Valdivia es una ciudad como pocas, esencialmente porque está inserta en un paisaje natural y cultural relevante, tanto para la historia de América, de Chile como para la historia local. Sin embargo no es sólo la ciudad, ésta va más allá de la definición de artefacto en un territorio; creo que en eso radica su significancia. Así la conciencia de ser ciudadano(a) en Valdivia y en la Región de Los Ríos es precisamente entender que la ciudad va más allá de sus límites construidos, que tiene que ver con las cuencas hídricas y sus humedales, de ahí lo relevante del compromiso ciudadano por la muerte de los cisnes, porque se asume que la ciudad es un sistema complejo de capas.
En este contexto aún falta mucho por hacer, en una ciudad que debe priorizar ciertas acciones para hacerla «sostenible» y disminuir brechas estructurales; aun así existen actores relevantes que propician que las cosas sucedan, la Universidad Austral de Chile, entre otros, es una de las principales industrias Creativa/Cultural/Científica del territorio Sur Austral.
Como Instituto de Arquitectura y Urbanismo, desde su fundación el año 2000, realizamos un trabajo académico a partir del paradigma de la Arquitectura Cultural Sostenible, entendiendo el espacio integralmente a través del Contexto, el Diseño y la Inter Cultura. La creación de la Facultad de Arquitectura y Artes hace tres años, amplía el horizonte en materia de Creación, su vinculación ha aumentado, debido a una importante autogestión de la obra y de las prácticas del diseño, música y artes.
De este modo, planteamos maneras de aportar desde la academia a la comprensión de fenómenos identitarios que trascienden los límites de lo evidentemente patrimonial, esas manifestaciones de arquitecturas locales, sistémica de representación de resultados observables de arquitecturas con características contextuales.
Si tiene o no calidad de vida la ciudad, si la comparamos con otras de Chile o no, creo que esas relaciones son poco felices si no tenemos un sistema de indicadores de sostenibilidad; ahora si se trata de valorar atributos de belleza escénica y paisaje como un elemento patrimonial, la afirmación es que si existe una gran calidad de vida.