Un estudio científico, realizado por investigadores chilenos y extranjeros, determinó que un aumento de temperatura en los océanos reduciría la recuperación del material seminal de la especie, que es considerada un recurso clave para la Región de Magallanes.
La centolla es un recurso de gran importancia económica y social para la Región de Magallanes. Allí, la veda biológica, cuyo objetivo es proteger el potencial reproductivo de las especies, comienza en diciembre y finaliza en junio.
Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista académica The Royal Society Open Science determinó la importancia del agua fría en el desarrollo de espermatozoides de la centolla. La investigación, liderada por los científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), Katrin Pretterebner, Miguel Pardo y Kurt Paschke, tuvo como objetivo principal identificar el efecto de la temperatura sobre la tasa de recuperación de esperma en las reservas seminales después del apareamiento.
Para lo anterior, los científicos realizaron experimentos en los que sometieron 20 ejemplares de centollas a dos temperaturas diferentes: 9° y 12º Celsius. El principal resultado arrojó que, a los 9ºC, la recuperación seminal llega a un 40% después de 30 días, mientras que a los 12 º C, solamente alcanza un 21%.
“La limitación de esperma puede provocar una baja reproductiva en el recurso si se utiliza el sesgo masculino como factor de captura”, aseguró la investigadora Katrin Pretterebner.
Paralelamente, el estudio sugiere que la extracción de los machos grandes puede desencadenar cambios en la dinámica de apareamiento de una población, reduciendo así el éxito reproductivo general.
“Si hay una reducción en la población de machos, esto podría afectar la frecuencia de los encuentros con las hembras. Los pocos machos disponibles se aparean más veces y pueden agotar sus reservas de esperma más rápido de lo que la recuperan”, aseguró el Dr. Pardo.
La investigación cobra especial relevancia en un contexto donde el último informe del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) indica que, por ejemplo, en el año 2100 la temperatura del Océano Pacífico podría aumentar hasta 3ºC.
Dado lo anterior, los científicos concluyeron que, ante escenarios futuros de cambio climático, la centolla que vive a 12ºC en la Patagonia norte se vería más en riesgo. Por el contrario, en aguas de altas latitudes la recuperación podría ser más rápida.