En la Bahía Horcón, en la costa central de país, luego de un acabado estudio de tres científicos, se pudo demostrar que en la zona existió hace tres millones de años, una especie de pingüino no conocida hasta ahora, que pertenece a la familia de los Macaroni.
La investigación se desprende de una tesis de magíster realizada por el ahora estudiante de doctorado Jorge Carrillo, quien tuvo como profesor guía al Dr. Sven Nielsen, ahora académico de la Universidad Austral de Chile. Luego se incorporó al grupo Martín Chávez, colaborador del laboratorio de paleontología de la UACh, reconocido por su trabajo en aves y hoy estudiante de doctorado en Bristol, Inglaterra.
El estudio fue publicado por la revista científica especializada Plos One, la que destacó el descubrimiento de esta nueva especie que fue bautizada como Eudyptes calauina, un nombre de origen Yagán, que hace alusión a los pingüinos Macaroni.
Chávez, no tiene dudas en señalar que es el descubrimiento de un pingüino crestado más antiguo del mundo. «Esta especie que actualmente habita Sudamérica, como el pingüino de penacho amarillo y el pingüino Macaroni, sólo se encuentran en regiones frías en la Patagonia Austral. De modo que hallar una especie extinta que habitó la zona central en un momento en que el clima mundial era más cálido, parece fuera de lugar. Pero en Nueva Zelanda, varias especies de pingüinos crestados pueden hallarse en áreas temperadas, similares a las condiciones de Chile Central». Para Chávez es posible que el enfriamiento progresivo en el clima mundial durante los últimos dos millones de años haya causado la extinción de esta especie.
En tanto Nielsen, explicó que para fechar los restos fósiles de la nueva especies, se utilizaron algunos gastrópodos y bivalvos, los que arrojaron una antigüedad, por su contexto geológico, aproximada a los 3 millones que corresponde al período del Plioceno.
Una nueva especie
Respondiendo a la interrogante de cómo se llega a determinar el descubrimiento de una nueva especia, tanto Chávez, como Nielsen, explicaron que una vez hallados los restos fósiles, se inicia el proceso de comparación con especies actuales de pingüinos, pero también con otros restos encontrados alrededor del mundo.
«Los paleontólogos trabajamos principalmente con restos esqueléticos, que son los que persisten por mayor tiempo y tienen la mayor probabilidad de conservarse como fósiles. Los huesos de un animal, en este caso un pingüino, también muestran características únicas para cada especie; algunas más obvias como el tamaño y proporciones de un hueso en particular, y otras mucho más sutiles, como la forma exacta del extremo de un hueso. Nuestro análisis muestra que el nuevo pingüino de Horcón pertenece al grupo de los pingüinos crestados, pero se distingue por ser más grande que las especies actuales y por una serie de características más sutiles presentes en los huesos del pie y aletas», sostuvo Chávez.
Nielsen, quien es académico de la carrera de Geología y además forma parte del equipo que implementa el nuevo Magister en Paleontología de la UACh, sostuvo que la Bahía de Horcón, específicamente en sus acantilados, es una zona que conserva una buena cantidad de material fosilífero que permitirá seguir estudiando a una serie de vertebrados marinos, que quizás conlleven al descubrimiento de nuevas especies.
Texto: Facultad Ciencias UACh / prensaciencias@uach.cl