Mantener una rutina que incluya trabajo y/o estudio, distracción, buen dormir, alimentación equilibrada, deporte y conexión con otros/as, son las estrategias de autocuidado que entrega Alejandra Zolezzi, Directora de la Clínica de Atención Psicológica (CAP) del Instituto de Estudios Psicológicos de la Universidad Austral de Chile (UACh, Facultad de Medicina), durante este tiempo de aislamiento social, debido al Covid-19.
En relación a esto, la profesional señala que, ante momentos de ansiedad, debemos saber que es normal sentir esa emoción en momentos de crisis como los actuales, pero también entender que la ansiedad y preocupaciones vienen de la mente, y que no somos sólo mente, pero que nos sobreidentificamos con ella.
“Hay una gran diferencia entre sentir un temor que nos lleve a conductas preventivas y de cuidado, y sentir un terror patológico que nos dificulte nuestra vida diaria. Por ello, frente a momentos de ansiedad y preocupación, hay diferentes estrategias a utilizar, como centrarnos en la respiración, concientizándola y profundizándola, observando el aire cómo entra y sale por la nariz, cómo se mueve nuestro pecho al respirar. Intentar respirar profundo hasta calmarnos. La idea es enfocarnos en el momento presente, que también puede ser a través de los sentidos (qué veo, qué huelo, qué escucho, etc.). Si sabemos meditar, ideal. Si no sabemos, tal vez es un buen momento para comenzar”, dice la psicóloga.
Y agrega: “Es muy importante ser flexibles con nosotros/as mismos/as, y con el resto, en estos momentos, y no enfocarse en los ‘debería’, sino que estudiar o trabajar en su justa medida, junto con disfrutar y aprovechar de estar con la familia o con quienes vivimos. No son momentos para exigirnos, son tiempos estresantes para todos/as”.
Asimismo, enfatiza que los momentos de distracción son esenciales para el autocuidado, sobre todo realizando actividades que se disfruten: leer, escuchar música, tocar algún instrumento, cocinar, hacer actividades artísticas, jugar… También es un buen momento para realizar actividades que hemos postergado y tenemos ganas de llevar a cabo (siempre y cuando sea posible en las condiciones actuales).
“El arte y la creatividad son factores protectores de nuestro bienestar, ayudándonos a expresarnos de formas que van más allá del lenguaje verbal. También fomentan la interacción saludable con otras personas, especialmente con niños/as”, recalca.
Por otra parte, sostiene que hay que evitar la sobreinformación y el sobrepensamiento, elegir bien las fuentes de información y sólo informarse una o dos veces al día, y no estar tan pendiente de las noticias. Y que conectarse con amigos/as y familiares es de vital importancia, a través de llamadas telefónicas o virtuales.
“En relación a personas mayores, es esencial llamarlas y detectar sus necesidades. Explicarles de manera precisa, simple y clara lo que está pasando y transmitir cuidados básicos de higiene. Conversar con ellos/as, tranquilizarles y apoyarles tanto como sea posible. Ser solidarias/os, cooperar y empatizar son palabras claves hoy en día. Esta es una crisis de la que no podemos salir individualmente, sino sólo de manera colectiva. Si nos quedamos en casa, no es para no enfermarnos, sino para no enfermar a otros/as, especialmente a la población más vulnerable”, destaca.
Asimismo, Alejandra Zolezzi indica que, si tenemos la suerte de tener un patio, aprovechémoslo. Y si no, hay que exponerse a la luz solar de una ventana. También es relevante tomarse espacios para reflexionar en torno a nuestro ritmo de vida, prioridades y valores, junto con cuestionar los roles de género.
“En general, llevamos vidas centradas en la producción y el consumo, y justamente en momentos de ‘pausa’ como éste, podemos cuestionar nuestro ritmo y nuestras prioridades, preguntarnos: ¿Nos hacen bien estas prioridades? ¿Qué es lo esencial en nuestras vidas? ¿Nos estamos tomando el tiempo para conectar con lo esencial? Y analizar también que las mujeres nos llevamos prácticamente toda la carga doméstica y somos las principales cuidadoras, lo que tiene efectos negativos en nuestra salud mental y bienestar. Son tiempos para reflexionar al respecto y repartir las tareas domésticas y de cuidado equitativamente”, puntualiza.
Mantener una buena salud mental en niñas y niños frente al aislamiento
Si vivimos con niños/as, aprovechemos de jugar con ellos/as y enseñarles de manera diferente y lúdica, explica la académica de la UACh. Con respecto a estrategias de cuidado y transmisión de información contingente, preguntarles cuánto saben del tema, utilizando preguntas abiertas, transmitir calma y protección, y explicar con la verdad y un lenguaje adecuado a la edad, pero sin alarmar. Aclararles que existen medidas efectivas para la prevención del contagio es esencial.
“La alta exposición a la información puede alarmarles y generarles estrés, sobro todo si navegan solos/as por la red, y esto hay que evitarlo. Ofrece instancias de juego para lidiar con el estrés, promueve las llamadas o contactos virtuales con sus seres queridos”, indica.
También cuidar las reacciones ante la información y las conversaciones que se mantienen con otras personas, evitando generar alarma y estigmatizaciones. Finalmente, generar una rutina para que puedan sentir cierto control sobre su vida cotidiana y fortalecer hábitos de higiene a través de juegos o canciones, dando el ejemplo en cuanto a estas conductas.