Cada 21 de abril se celebra el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación con el objetivo de relevar el papel de estas dos competencias en la búsqueda de solución de desafíos. Entendamos estos dos conceptos como la utilización de conocimientos y habilidades que permiten pensar y trabajar de manera novedosa para crear algo nuevo, original y que se transforma en innovación cuando esto aporta valor a las personas.
El desarrollo de las ciencias siempre implica procesos creativos. La articulación entre pensamientos divergentes y convergentes es una manera de afrontar problemas complejos, lo cual conlleva a procesos creativos que permiten generar nuevos procedimientos y productos alternativos. La creatividad no surge de forma aislada, es un proceso sociocultural que requiere trabajo colaborativo entre pares.
Parte de este trabajo lo desarrolla el Consorcio Sur–Subantártico Ci2030, que, a través de la unión de 6 universidades regionales, han decidido desarrollar procesos de cambios institucionales en sus Facultades de Ciencias para tener mayor participación en el país mediante la investigación, innovación, transferencia tecnológica y emprendimientos de base científico-tecnológica.
Para fomentar la creatividad e innovación decidimos instalar entornos que permitan la interacción entre científicas(os) y profesionales de diversas áreas para diseñar en forma colaborativa las ideas del futuro. Instancias como hackatones, encuentros Inter facultades y fondos para el apoyo de ideas permitirán a las nuevas generaciones de científicas (os) forjar la sociedad del futuro.
Hoy, el desafío para nuestras universidades es formar futuros profesionales con competencias para la creatividad e innovación. Profesionales del futuro que aspiren a usar su curiosidad como llave para descubrir soluciones a preguntas o desafíos complejos, de esta forma favoreceremos el vínculo entre el quehacer universitario y la sociedad.