Nadie hubiese pensado que la reciente interpelación al Ministro de Salud, llevaría consigo una oportunidad política para debatir sobre la necesidad de reformas estructurales, más allá de las contempladas en el plan de gobierno del presidente Piñera. Las respuestas del Ministro, exhibiendo la necesidad de soluciones integrales a las prioridades de nuestro sistema, sin duda alguna, van más allá de la reforma a las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE).
Los conglomerados políticos, así como la opinión pública parecen no haber percibido las implicancias de las afirmaciones del ministro Santelices en dicha interpelación, las cuales en primera instancia le otorgan a la oposición una oportunidad para llevar el proceso político de los cambios en salud de instrumentales a estructurales.
Para la opinión pública, los resultados de la interpelación – ninguno en relación al tema que la originó – mostraron las verdaderas prioridades de un sistema de salud en continuo crecimiento y demanda por parte de las personas que estamos afiliadas al Fondo Nacional de Salud (FONASA) y que accedemos al sistema a través de los proveedores públicos de servicios de salud de atención primaria y hospitalaria.
Los argumentos planteados implican para Piñera que su agenda en salud explicitada en su programa de gobierno ya no estará circunscrita al relanzamiento del Elige Vivir Sano y a la reforma a las ISAPRES como políticas regresivas con motivo de beneficiar al cuarto y quinto quintil de mayores ingresos de nuestro país.
Así, el anunciado proyecto de ley que el ejecutivo enviará al parlamento para discutir una reforma a las ISAPRES, se constituirá en una nueva oportunidad de sortear las barreras que en un principio el Sistema Binominal se encargó de instalar. Ahora no habrá excusas en los incumbentes al momento de legislar sobre el sistema de protección social en salud.
Con base en lo expuesto, y si bien esta no es la primera vez que el ejecutivo sitúa en la agenda la reforma a las ISAPRES, esta vez el parlamento contará con dos informes previos de comisiones mandatadas por la ex presidenta Bachelet y el actual mandatario.
Asimismo, con una nueva distribución de fuerzas políticas. Ergo, será la instancia para debatir sobre los efectos de la reforma a las ISAPRES en el sistema de financiamiento de nuestro sistema de salud y su consecuente impacto estructural, incluida la provisión de servicios de salud.
Actualmente, nuestro sistema de financiamiento no presenta un componente solidario en la función de pooling (fondo mancomunado) que involucre los aportes de las personas cuyo seguro público obligatorio en salud sea administrado tanto por el FONASA así como las ISAPRES.
Más aún, persiste una anomalía desde la perspectiva de la seguridad social y el papel del Estado en la protección de la salud de las personas: que las ISAPRES no cumplan las reglas de seguridad social.
Sí, porque las ISAPRES administran un seguro obligatorio público, pero que por décadas se ha administrado como un seguro individual bajo la teoría de seguros privados en donde la premisa es que se paguen las primas sin hacer uso del seguro.
Leyó bien, en teoría de seguros privados, el negocio es que Ud. utilice el seguro cuando sea necesario.
El mejor ejemplo es el copago, más conocido como bono. Y no es un privilegio para la/el asegurada(o). Por el contrario, es una medida que en teoría de seguros se utiliza para que las/el asegurada(o) no utilice el seguro más de lo necesario. El fenómeno previamente descrito se conoce como riesgo moral.
Lo anteriormente expuesto conlleva abordar una reforma a las ISAPRES que también involucre examinar nuestro actual sistema de financiamiento. No es viable discutir una reforma a las ISAPRES sin examinar sistémicamente el cómo se financia y provee servicios de salud nuestro actual sistema.
Porque no es viable una reforma a las ISAPRES sin avanzar en un componente solidario en donde, – y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud – las personas más sanas y que presenten mayores ingresos aportarán para que, solidariamente, las personas con problemas de salud y menores ingresos puedan acceder a la provisión de servicios de salud y recuperar así su estado de salud.
Asimismo, no puede haber reforma a las ISAPRES sin examinar su relación con la compra a proveedores públicos y privados a través del establecimiento de aranceles y criterios geográficos que permitan el acceso oportuno a las personas que opten porque dichas instituciones le administren su seguridad social en salud.
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