Pocas veces nos ponemos a pensar sobre las bondades de los suelos de Valdivia para edificar. Y pese a que para los ingenieros de suelos el caso de Valdivia resulta complejo de abordar, sino interesante para los más académicos, lo cierto es que de bondadoso poco tienen.
La mayor parte de nuestra ciudad se emplaza en suelos poco aptos sobre todo desde el punto de vista sísmico y por ello no es una coincidencia que el sismo del ’60 haya dejado sus imborrables huellas en General Lagos, y que de cierta forma se repitió el 2010 en el entorno del Muelle Schuster.
¿Y se volverá a repetir? Ciertamente.
La diferencia ahora es que conocemos mejor las propiedades del suelo, hemos hecho sofisticados mapas que muestran sus características sísmicas y sus aptitudes para construir, y hemos indudablemente mejorado mucho nuestras normativas en este sentido.
Sin embargo, y pese a que la mayorías de los actores públicos del MINVU, MOP y también del mundo privado conocen bien nuestra difícil realidad geotécnica, el problema de cómo fundar ante suelos difíciles tiene solución. El asunto es a qué costo.
Hoy día sabemos de mucho mejor forma dónde los suelos pueden licuar ante un sismo severo (licuación significa que el suelo se transforma en un fluido en un terremoto severo y todo lo que está arriba se hunde, como una arena movediza), así como las zonas donde el terremoto «amplifica» el movimiento debido a lo blando que éste es (que técnicamente se conoce como Efectos de Sitio). Sin embargo, es muy importante que esto se traduzca en elementos de apoyo a la toma de decisiones, que eviten la especulación y el prejuzgar que «todo es malo».
Ciertamente el conocer nuestros suelos nos ayuda a vivir más seguros, al incorporar nuevos elementos para tomar una decisión a la hora de comprar una propiedad por ejemplo.
Es de esperar que nuestras autoridades incorporen estos elementos en los instrumentos de planificación urbanos, para que todos los esfuerzos que hacemos por conocer mejor las bondades sísmicas y mecánicas de los suelos valdivianos no terminen siendo un interesante ejercicio académico, un flamante artículo científico o una buena Tesis.
El Marco de Sendai, al que Chile se ha suscrito, establece que es vital conocer y minimizar el riesgo de desastres, por lo que saber sobre nuestros suelos apunta justamente en esa dirección. Tendremos terremotos fuertes en el futuro. La pregunta es cómo nos preparamos.