Este invierno las enfermedades respiratorias están a la orden del día y hay que cuidarse más que nunca de los clásicos resfríos o de la temida gripe. Pero ¿qué pasa si a eso le sumamos el gusto por el cigarrillo? Al parecer el protegernos en esta fría estación no es suficiente si no somos capaces de dejar un hábito que no perdona ninguna época del año, el tabaquismo.
Para el Broncopulmonar Infantil, Vicepresidente de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias (SER Chile) y Académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, Dr. Mario Calvo Gil, el fumar agrava la situación de una persona que ya presenta inflamación a las vías respiratorias producto de un resfrío, pero el daño va mucho más allá, afectando además a las personas que viven con él o ella.
Si bien la comunidad asocia el cigarro con problemas directos al pulmón, el Dr. Calvo asegura que “el hábito tabáquico perjudica todo el organismo, pues el tabaco tiene alrededor de 4 mil estructuras químicas nocivas, donde la gran mayoría de ellas quedan retenidas en la laringe y los bronquios, pero las más pequeñas, con partículas menores de 2 micras – una micra es una milésima de milímetro – llegan al alvéolo, la parte más profunda del pulmón donde el sistema inmunológico que funciona muy bien con los microorganismos, es incapaz de destruir estas sustancias químicas”.
De esta forma, el especialista explica que “el macrófago que es una de las células que nos defiende contra elementos extraños tiene un corto período de vida, por lo que la sustancia química que había llegado al pulmón, al ser atrapada por el macrófago, es incorporada a la sangre y desde ahí circula por todo el organismo, entonces cualquier parte del cuerpo puede resultar dañado”.
Si bien los daños pueden ser múltiples, el experto nombra a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica como una de las más comunes derivadas del tabaquismo. “La persona fumadora aunque sólo lo haga en su etapa juvenil, tiene una limitación clara de su calidad de vida en el futuro. En general cerca de los 65 años empieza a declinar la función pulmonar en todos los humanos, pero el que ha fumado o fuma, la declinación es mucho más rápida, quedando limitada su capacidad de ventilar, donde incluso algunos requieren el aporte de oxígeno artificial para seguir viviendo”.
Acerca de los conocidos fumadores “sociales”, dice que tienen “los mismos riesgos que un fumador diario pues esta persona puede ser extremadamente sensible al tabaco. Aquí también entra la categoría de los fumadores de segunda mano o pasivos, quienes sin tener el hábito en reuniones o fiestas aspiran una mezcla tóxica de humo residual que proviene del tabaco en combustión y el humo exhalado por el que fuma”.
Graves patologías
En Chile fallecen alrededor de 47 personas diarias por enfermedades relacionadas con el tabaco, equivalente a 17 mil personas al año, y ocurren cerca de 1 millón de muertes por año en América por esta causa”.
Son varias las enfermedades gravísimas asociadas al consumo del tabaco y que incluso pueden llevar a consecuencias fatales. Como explica el Dr. Calvo, “hay ciertos tipos de cáncer que guardan directa relación con el cigarrillo como el cáncer laríngeo, el pulmonar y el de próstata, pero además influye en una serie de otras patologías como cardiopatías, pues el hecho de que las toxinas ingresen a la sangre hace que se inflamen las arterias. Obviamente el fumar además agrava la situación de una persona que ya presenta una enfermedad al corazón”.
Otra situación relevante en el caso de los hombres y que a veces no se toma en serio es la disfunción eréctil. “Mucha gente no cree que el tabaco puede perjudicar en este aspecto, pero efectivamente las sustancias químicas circulan en la sangre y dañan directamente las arterias del pene, por lo que no es mentira la campaña con el aviso fotográfico en las cajas de cigarrillos en nuestro país”.
El Dr. Calvo además es Director del Instituto de Pediatría de la Facultad de Medicina UACh, por lo que hace especial énfasis en el daño que causa el cigarrillo en los niños. “El asma por ejemplo es más frecuente en familias fumadoras y perjudica directamente a los pequeños. Cuando el niño ya tiene asma y se fuma a su alrededor agrava la enfermedad, presentándose muchos cuadros de tos nocturnas producidas no por alergias como a veces se piensa, sino por la contaminación tabáquica”.
¿Se puede dejar de fumar?
La última encuesta nacional de salud en Chile, señala que tres cuartas partes de quienes se declaran fumadores, tienen el deseo de dejar de hacerlo.
Sin embargo, el Dr. Mario Calvo aclara que si bien es posible terminar con este mal hábito, es muy complicado porque “presenta una serie de sustancias como la nicotina o su derivado, la cotinina, que son claramente adictivas. Pero al parecer la encuesta que se hizo el 2011 en nuestro país donde varios señalan que no logran abandonar este vicio pero que les gustaría dejar de fumar, indica que al menos la ciudadanía ha adquirido mayor conciencia al respecto”.