En el sur de Chile, la pradera es el principal componente de la dieta de vacas lecheras, la cual permite reducir los costos de producción en comparación a sistemas confinados, donde la inclusión de forrajes conservados y concentrados encarecen el sistema. Sin embargo, los sistemas pastoriles exponen a los animales a las variaciones estacionales en el crecimiento y calidad nutritiva del pasto en la pradera, la cual se vuelve limitante en algunas estaciones del año.
Durante el invierno y el verano, el limitado crecimiento de la pradera por baja temperatura y humedad, respectivamente, aunado a los desbalances nutricionales de las praderas, impiden satisfacer los requerimientos nutricionales de vacas con niveles medios a altos de producción de leche o en vacas a inicio de lactancia.
En estas condiciones, los productores se ven obligados a complementar la materia seca faltante a los animales usando concentrados, ensilajes, cultivos forrajeros y subproductos agrícolas para lograr mantener la producción de leche, permitiéndoles mejorar el uso de la pastura y así mantener o mejorar la productividad de los sistemas, su competitividad y sostenibilidad. Por lo tanto, el disponer de suplementos altos en energía y de bajo costo comercial es fundamental para mantener la rentabilidad y sustentabilidad del sistema.
Pulpa de remolacha
La pulpa de remolacha -principal residuo de la industria azucarera– deshidratada (coseta seca) es comúnmente utilizada en la preparación de alimentos concentrados. Por su elevado aporte energético, fermentación ruminal no acidogénica y moderado costo de producción han permitido su inserción en la industria láctea, compitiendo con los granos de cereal para la elaboración de concentrados.
Adicionalmente, al ser un subproducto de la industria azucarera, su utilización en alimentación animal permite reducir y reutilizar los residuos generados por la industria, formando parte de la economía circular, cobrado importancia en el último tiempo debido a que permite utilizarla como alternativa al ensilaje de maíz y al maíz grano húmedo.
El alto contenido de humedad en la pulpa de remolacha al final de la extracción de azúcar, reducen su vida útil, siendo necesario su conservación ácida (ensilaje) de forma inmediata. Si el proceso de ensilaje tarda o es mal realizado, el contenido de humedad elevado puede generar una mala fermentación del material inicial, aumentando la concentración de ácido butírico y alcoholes, reduciendo así la calidad nutritiva del producto.
Varios estudios se han llevado a cabo para reducir las pérdidas en la calidad nutritiva de la pulpa de remolacha como consecuencia de un mal proceso fermentativo. Sin embargo, no existe mucha información sobre estrategias de conservación de la pulpa de remolacha como silo bolo.
Ensilar pulpa húmeda de remolacha en bolo
En un estudio liderado por Dr. Rubén Pulido de la Universidad Austral de Chile y Empresas Iansa, se evaluó el efecto de ensilar pulpa húmeda de remolacha en bolo, inoculando un aditivo homofermentativo ácido láctico sobre la calidad del ensilaje, consumo de materia seca y producción de leche. El estudio se llevó a cabo durante la primavera del 2018, en el cual vacas Holstein Friesian, en el segundo tercio de la lactancia, fueron asignadas a dos tratamientos:
1) Uso de pulpa remolacha ensilada e inoculada (ensilaje con aditivo)
2) Uso de pulpa de remolacha ensilada sin inóculo (ensilaje sin aditivo)
El pastoreo se realizó bajo un sistema de pastoreo rotativo en franjas, donde los animales tuvieron acceso a la pradera durante 8 horas al día, iniciando a las 09:00 horas. Posterior a ello, los animales fueron mantenidos en galpón de metabolismo con comederos y bebederos individuales, donde se suplementó con concentrado y ensilaje de pulpa de remolacha.
En cuanto a la calidad nutritiva del ensilaje (Tabla 1), la inclusión del aditivo aumentó el contenido de energía metabolizable y de fibra detergente neutro, redujo en un 92% el contenido de butirato en comparación al ensilaje sin aditivo (0,34 y 4,1 mmol/L, respectivamente), indicativo de una reducción en la actividad microbiana clostridial.
Este tipo de aditivos permiten una rápida reducción del pH en el ensilaje, gatillando una rápida inhibición de la actividad microbiana no deseada, reduciendo las pérdidas en la calidad nutritiva del ensilaje. El resto de los parámetros nutricionales del ensilaje (materia seca, proteína cruda y carbohidratos no fibrosos) no fueron modificados por la inclusión del aditivo.
El consumo de pradera fue menor en animales suplementa – dos con el ensilaje con aditivo, mientras que el consumo total solo tendió a una disminución en este mismo grupo (Tabla 2), producto que ambos ensilajes fueron consumidos totalmente y con mucha avidez al igual que el concentrado. Actual – mente, no existe una explicación en la literatura sobre la disminución en el consumo de pradera asociada a la inclusión de un aditivo ácido láctico. Sin embargo, es posible hipotetizar que haya existido una regulación endocrina del consumo producto del cambio en su valor energético en comparación al ensilaje sin aditivo.
Algunas conclusiones
A pesar de que el consumo total tendió a ser menor en animales suplementado con aditivo, su producción de leche mostró una tendencia a ser mayor (Tabla 2). Este resultado coincide con el meta-análisis de Oliveria et al. (2017), quienes encontraron que la acidificación de los ensilajes con aditivos homofermentativas o heteros fermentativos aumentaron la producción de leche. Por ende, la tendencia a mayor producción de leche sería un reflejo del mayor contenido de energía metabolizable y FDN, sugiriendo un mayor consumo de energía por kg de materia seca. Es sabido que el FDN de la pulpa de remolacha, a diferencia del FDN de las praderas, es menor en lignina, por ende, es altamente digerible en el rumen, entregando un mayor aporte energético.
Adicionalmente, el menor contenido de butirato en el ensilaje con aditivo indicaría que hubo una menor fermentación clostridial, lo cual es reconocido por crear mejores condiciones para un mayor consumo y producción de leche. El contenido de grasa, proteína y urea en leche no fueron modificados por la inclusión de un aditivo en el ensilaje de pulpa de remolacha, promediando 3,9%, 3,4% y 183mg/L, respectivamente.
Por lo tanto, la inclusión de un aditivo ácido láctico durante el ensilaje de pulpa de remolacha mejoró la calidad nutritiva del ensilaje (mayor FDN y EM) y del proceso fermentativo en sí, el cual se vio reflejado en un menor contenido de butirato en comparación a la pulpa de remolacha ensilada sin aditivo.
Adicionalmente, la producción de leche tendió a ser mayor en el grupo con adición del aditivo, aun cuando el consumo de materia tendió a ser menor, sugiriendo un mayor consumo de energía por kg de MS.
Publicado en la Revista Infortambo por:
Rubén Pulido, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
Ignacio Beltrán, Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Remehue, Osorno, Chile.
Ismael Castillo, Empresas Iansa, Osorno, Chile.