El proyecto de vinculación con el medio FDI 2018, financiado por el Ministerio de Educación, denominado Mejorando la interacción entre la comunidad sorda y oyente, a través de la hipoterapia y dirigido por Daniela Ojeda, estudiante de Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad Austral de Chile (UACh, Sede Puerto Montt), desarrolló esta semana su ceremonia de finalización en la que reconoció el trabajo de escolares, monitoras/es de educación diferencial y terapia ocupacional y a los apoyos destacados de la iniciativa.
A la ceremonia asistieron familiares y amigos de los beneficiarios del proyecto, monitores y profesionales especializados en hipoterapia que colaboraron activamente durante el desarrollo de las sesiones. Además, la actividad de término contó la participación de Daniela Rivera, profesora de Pedagogía en Educación Diferencial, quien participó como intérprete de lengua de señas chilena duante la ceremonia.
Este proyecto de hipoterapia se desarrolló íntegramente en las instalaciones de Granja Tierra Viva, dirigida por don Lionel Sariego, institución con la que existe un vínculo cercano con la Escuela de Pedagogía en Educación Diferencial desde hace varios años con iniciativas tempranas de esta terapia con estudiantes, que permitieron a la estudiante líder, Daniela Ojeda, aprender, ser monitora y comenzar a delinear la iniciativa que tendrá una continuidad financiada por otro proyecto FDI para estudiantes con TEA y Asperger durante 2020.
En la ceremonia que cerró el proyecto, la estudiante Daniela Ojeda destacó la importancia de seguir promoviendo la inclusión en la sociedad, agradeció a los/as monitores/as voluntarios/as que trabajaron hasta finales del semestre, y dijo que “esperamos que se lleven consigo una gran experiencia y aprendizaje para su vida e invitó a seguir aprendiendo y creciendo”.
Daniela señaló además que “lo que aprendimos en este proyecto fue trabajar colaborativamente en equipo, además de cómo poder ejecutar y organizar de la mejor forma posible un buen proyecto FDI, también el manejo de grupo, la resolución de problemas, interactuar en la práctica con niños y jóvenes sordos, el aprender más lengua de señas, que sin duda toda esta experiencia fue y será muy enriquecedora para nuestro futuro laboral. El aporte que significó el proyecto para la inclusión de escolares sordos fue el que puedan interactuar con personas oyentes, trabajar en los sordos la capacidad de adaptación, potenciar sus habilidades sociales, además de concientizar en este ámbito a la sociedad y a los propios estudiantes universitarios, ya que todavía existe un gran desconocimiento hacia la comunidad sorda”.
Por su parte, Jorge Mondaca, Jefe del Departamento de Orientación y Actvidades Extracurriculares de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la UACh, manifestó que desde la DAE “felicitamos y agradecemos el compromiso de cada una de las personas que colaboró con este importante proyecto impulsado por nuestras estudiantes. Sin duda este trabajo es un claro ejemplo de vinculación efectiva con la comunidad y que, en este caso, fue en directo beneficio de la comunidad sorda y oyente, labor digna de imitar y destacar”.
La supervisora del proyecto, Dra. Karina Muñoz, académica de la Escuela de Pedagogía en Educación Diferencial, valoró todos los aprendizajes adquiridos por las estudiantes Daniela Ojeda, Luciana Gallardo y Pamela Díaz, estas dos últimas ya egresadas, en su formación para poder trabajar con niños en otros espacios distintos al aula de clases, en el campo, desarrollando hipoterapia.
La académica comentó que “fue un contexto más enriquecedor y entretenido para aprender y comunicarse en lengua de señas y también todo lo que implicó el aprendizaje de desarrollar un proyecto, las posibilidades de hacer gestión, capacidades tan necesarias para las futuras docentes. Esto es lo que nos motiva para seguir construyendo universidad y seguir construyendo aprendizajes. Trabajar con niños nunca es fácil, y además con niños que usan otra lengua, implicó muchos meses de preparación de un equipo en esta lengua, se hicieron asesorar con la comunidad sorda”. Agregó que el objetivo del proyecto se alcanzó, así también lo pueden decir niños y padres.
El proyecto
El objetivo de esta iniciativa fue promover la inclusión socio-educativa de la comunidad sorda en conjunto con estudiantes voluntarios de Pedagogía en Educación Diferencial y Terapia Ocupacional de la Universidad Austral de Chile, para resolver parte del problema que es la escasa comunicación entre la comunidad sorda y oyente de Puerto Montt, y que se propuso a través de este proyecto utilizar al caballo como puente comunicativo entre estas dos comunidades y además propagar el uso de la lengua de señas chilena.
Ofreció atención personalizada para 12 cupos para usuarios(as) sordos(as), que se repartieron equitativamente entre dos establecimientos educacionales de Puerto Montt: el Liceo Naciones Unidas y la Escuela Libertad. Los(as) niños(as) y jóvenes que fueron beneficiados tienen edades entre los 5 y 16 años, de los que diez son usuarios(as) de la lengua de señas chilena, y dos cuentan con implante coclear (aparato electrónico diseñado para personas con pérdida auditiva grave o profunda) para apoyar su audición y bajo conocimiento de lengua de señas.
El equipo de voluntariado se conformó con 27 estudiantes de Terapia Ocupacional y Pedagogía en Educación Diferencial, que realizaron dos talleres de lengua de señas chilena (LSCh), junto al equipo de hipoterapeutas de la Granja Educativa Tierra Viva, impartidos por el instructor sordo Gabriel Sánchez Díaz.
Las sesiones de hipoterapia con niños, niñas y jóvenes seleccionados(as) fueron realizadas en la Granja Educativa Tierra Viva desde septiembre, los sábados de 08:00 a 12:30 hrs.