Las cuncunillas negras, son mariposas nocturnas en su estado adulto, que constituyen un complejo de especies y representan una importante limitación para la producción de las praderas al sur del Bío Bío. Especies de la misma familia, causan daños importantes en praderas en Nueva Zelanda, Australia y Sud África.
En su combate se emplean, principalmente, prácticas culturales y químicas. En el pasado se usaron plaguicidas como el DDT (diclorodifeniltricloroetano), hasta principios del 70, posteriormente, algunos fosforados (azinfos etilo, fenitrotion) y desde los 80 algunas ureas substituidas triflumuron (Alsystin) , flufenoxuron (Cascade) y piretroides lambdacihalotrina (Karate Zeon, Zero).
En el contexto anterior, estos últimos, están siendo utilizados desde hace unos 30 años, con resultados satisfactorios por parte de los agricultores,explica el Dr. Roberto Carrillo, académico adhonoren del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UACh.
Agrega que la intensificación de la agricultura del sur de Chile; el empleo de praderas de alta producción con mayores costos; los altos requerimientos del ganado lechero de buen rendimiento productivo y la necesidad de mantener todo el año niveles de producción de la pradera, ha llevado a intensificar el uso de los insecticidas como factor de producción en desmedro de prácticas preventivas.
“Actualmente, en el sur de nuestro país, deben hacerse aplicaciones para controlar la plaga de las cuncunillas negras en alrededor de 350.000 hectáreas o más”, subraya el Dr. Carrillo.
¿Puede esta práctica llevar a la aparición de resistencia a los insecticidas actualmente en uso? Existen factores que nos llevan a considerar que esta es una situación posible y otras que ella es altamente improbable, responde el Profesor.
Factores que favorecen la aparición de resistencia
Entre las razones que nos llevan a plantearnos que la resistencia a estos insecticidas es probable está el hecho de que existen errores en las aplicaciones anuales prácticamente por calendario, errores en las aplicaciones como, por ejemplo, la mala regulación de los equipos, altura de la pradera inadecuada para una correcta aplicación, época inadecuada de aplicación etc.
Además en muchos casos el uso de productos con un solo tipo de sitio de acción y por largos períodos (30 años en algunos casos), mayores superficies de los predios y con una mayor proporción de su superficie cubierta con insecticidas, uso de insecticidas de larga persistencia especialmente las ureas substituidas, son todas medidas que favorecen la aparición de resistencia, indica la Ingeniero Agrícola, Leticia Silvestre, profesional del Laboratorio de Entomología de esta Facultad.
Factores que retardan la aparición de resistencia
También existen factores que podrían retardar la aparición de esta resistencia. Entre ellos está su reducido número de generaciones: “una sola al año, frente a seis o más generaciones anuales que presentan otras especies, en las que se presenta rápidamente la resistencia. También se debe considerar su tipo de reproducción sexual, pues ésta favorece el intercambio de material genético entre poblaciones susceptibles y resistentes”, explica Leticia Silvestre.
Asimismo, agrega el Dr. Carrillo, que “no se debe olvidar la enorme área sin tratamiento que favorece la presencia de formas susceptibles que no reciben la presión de selección causada por los insecticidas. En resumen, hay factores biológicos en las cuncunillas y de manejo que reducirían la aparición de formas resistentes.
Para el investigador “es lícito preguntarse si el problema de resistencia, a los insecticidas actualmente en uso, es una situación real o solo una sobre reacción.
“Los factores biológicos nos indican que ello es poco probable, sin embargo, no sabemos la capacidad de dispersión de la hembra adulta, pudiera ser que por su carga de huevos su desplazamiento fuera limitado y con ello favorecer la resistencia”, sostiene.
Es así que en áreas que se aplican, año a año, con los mismos productos (mismo sitio de acción) y en superficies cada vez mayores, pudiera llevar a crear poblaciones aisladas (sin la llegada de formas susceptibles) con una alta presión de selección, donde la resistencia a estos insecticidas pudiera llevar a desarrollar esta condición.
Recomendaciones: Manejo de la resistencia
¿Qué hacer entonces para alejar esta posibilidad de un posible desarrollo de resistencia? Se deben usar productos con sitio de acción diferentes, es decir, establecer una rotación de productos 4 -5 años el más adecuado según el agricultor o su asesor, 1 año de un producto con un sitio de acción distinto. Es necesario recordar que las posibilidades son fosforados, ureas substituidas y piretroides.
Para los que piensen que van a producir una destrucción del equilibrio que han conseguido por introducir esta variación cambiar una urea sustituida por un piretroide, permítanme señalarles que los efectos de una urea substituida y un piretroide como lambdacihalotrina aplicados en invierno en las praderas del sur de Chile, son afortunadamente muy similares.
También es necesario dejar superficies sin aplicar empleando medidas preventivas en ellas, para reducir la presión de selección y favorecer la presencia de formas susceptibles que puedan cruzarse con las resistentes. Ojalá estas zonas sean como un mosaico dentro del predio, pues se desconoce la capacidad de dispersión de las hembras del mencionado insecto.
De igual modo, consulte con sus asesores o representantes de las compañías químicas sobre cómo manejar esta situación, ya que es preciso considerar puesto que son muy pocos los insecticidas que controlan esta plaga y los que actualmente, están en uso son eficaces y eficientes, pues se trata de productos en que muy pocos gramos de activo se aplican por hectárea, frente a los más de 1500 g de producto activo que se usaban cuando empleaba DDT. Por lo tanto, es necesario manejarlos adecuadamente para evitar su obsolescencia.