<p align="justify">Por medio de la presente, las autoridades de la Facultad de Filosofía y Humanidades dejan constancia pública del apoyo a nuestra colega María Angélica Illanes -actual candidata al Premio Nacional de Historia 2008- en relación a su solicitud de abstención de uno de los jurados, representante de la Academia Chilena de Historia, Sr. Horacio Aránguiz. Tal como lo avala la documentación oficial y los argumentos esgrimidos por la Dra. Illanes, existe un real conflicto de intereses entre el citado profesor en su calidad de evaluador de los antecedentes curriculares de la colega Illanes. Asimismo, las autoridades de la Facultad de Filosofía y Humanidades lamentan la tergiversación de los hechos que fundamentan la petición de abstención del profesor Aránguiz por parte de la dirección del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile vertidas al diario El Mercurio el día 22 de agosto del presente. Debido a ello, nos hacemos parte de la solicitud de nuestra colega, así como de su respuesta en relación a las expresiones del citado Instituto, las que transcribimos para conocimiento público.</p><p align="justify">Dr. Gonzalo Portales G.<br />Decano Facultad de Filosofía y Humanidades <br />Universidad Austral de Chile</p><p align="justify">Dr. Yanko González C. <br />Pro Decano Facultad de Filosofía y Humanidades <br />Universidad Austral de Chile</p><p align="justify">1.- Carta enviada al Diario La Tercera.</p><p align="justify">Valdivia, 12 de agosto, 2008.</p><p align="justify">Sr. Director, A través de la presente carta deseo manifestar a Ud. Lo siguiente. En estos momentos se está dirimiendo el Premio Nacional de Historia 2008 a partir de los antecedentes curriculares de cuatro historiadores/as, entre los cuales me encuentro. Al respecto, me he enterado que entre los miembros que forman parte del Jurado que decidirá dicho premio se encuentra el profesor Horacio Aránguiz, con quien, en mi caso, existe lo que formalmente se denomina "conflicto de intereses". El profesor Aránguiz fue la persona que el año 1974, en su calidad de Director del Instituto de Historia de la P. Universidad Católica de Chile -institución en la que yo realicé mis estudios completos de pregrado de Pedagogía y Licenciatura en Historia entre 1968 y 1973-, impidió a través de un memorándum refrendado por rectoría, que yo pudiese rendir mi examen de grado final. A través de este acto, el profesor Aránguiz me negó la posibilidad de obtener mi título profesional, usurpándome mis cinco años de arduo estudio, por el sólo hecho de pensar distinto a él.</p><p align="justify">Esto, evidentemente, constituye un acto de grave violación a los derechos humanos, en cuanto los estudios y la carrera profesional de una persona es un patrimonio sagrado de su desarrollo personal y de su proyecto de vida. En vista de esta situación, considero que el profesor Aránguiz, más allá de su legítima opción de voto, no está habilitado para revisar, hablar ni menos juzgar mis antecedentes curriculares a propósito del Premio de Historia, después de haber intentado cercenar mi carrera y futuro profesional a mis 23 años, en el contexto político más grave de la historia de nuestro país. Por respeto a mi dignidad personal y de mis hijas, por respeto a todas aquellos jóvenes que fueron entonces exonerados de sus estudios en diversas universidades del país vulnerándose sus derechos humanos fundamentales, así como por respeto a la democracia que hoy intentamos y debemos construir, considero que no es legítimo que un "violador" de dichos derechos juzgue los antecedentes curriculares de una de sus "víctimas". </p><p align="justify">Le saluda muy cordialmente, M. Angélica Illanes Oliva</p><p align="justify">2.- Carta enviada al Diario el Mercurio.</p><p align="justify">Santiago, 23 de agosto, 2008</p><p align="justify">Sr. Director,</p><p align="justify">En respuesta a la inserción del director del Instituto de Historia de la P. Universidad Católica, publicada el 22 de agosto en El Mercurio, deseo aclarar una serie de datos respecto de mi trayectoria estudiantil de pre-grado en dicho Instituto. </p><p align="justify">Ingresé a estudiar Pedagogía en Historia y Geografía al Instituto de Historia de la PUC el año 1968 (y no el año 1970 como se dice en El Mercurio), cursando ininterrumpidamente dicha carrera durante seis años, egresando en diciembre de 1973 (y no en 1983 como se dice en dicha inserción), según consta en documento oficial que me otorgó dicha universidad en abril del año 1975. <br /><br />Durante el año 1975 hice infructuosos trámites para titularme. En 1975 ingresé a estudiar Licenciatura en Filosofía con mención en Historia en el Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad de Chile, donde además trabajé impartiendo clases en calidad de "alumna becaria" en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Obtuve mi grado de Licenciada en Filosofía mención Historia de la Universidad de Chile con distinción unánime (nota 7.0) el año 1983 (hecho que refuta lo que se dice en El Mercurio de que ese año 1983 yo habría egresado del Instituto de Historia).</p><p align="justify">Entretanto, el año 1976, cuando efectivamente asume el profesor Aránguiz como director del Instituto de Historia de la PUC, se bloquearon mis ramos en el sistema computacional, se tarjaron con rojo mis ramos (documento que se me mostró en la oficina de Títulos y Grados) y tuve acceso a un documento emanado desde la dirección de Historia y refrendado por Rectoría, donde se me expulsaba de dicha universidad por mis ideas políticas. Ante eso fui a hablar con el director Aránguiz, quien no reconoció el hecho. Por esta situación, mi familia hizo gestiones a nivel de Rectoría, logrando entrevistarme con el Vicerrector Académico de la PUC, Sr. Fernando Martínez Pérez Canto, quien realizó gestiones para que diera mi examen de grado, con la condición de que no entrara a la universidad. Esto no fue posible ya que en Pedagogía, la Sra. Josefina Aragonesa, me exigió inscribir ramos, lo que contradecía la exigencia de Vicerrectoría. Hasta aquí llegaron mis esfuerzos por recuperar mi derecho a dar examen de titulación de pre-grado en la P. Universidad Católica. Nunca más volví a dicho Instituto hasta la década de 1990.</p><p align="justify">Estoy cierta que las instituciones no son abstracciones, sino que son personas, así como expresión de los p