Como Instituto de Salud Sexual y Reproductiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, fieles a nuestro rol histórico en la promoción y defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos y como formadores de futuros matronas y matrones, queremos manifestar nuestro apoyo a la necesidad de legislar a favor de ampliar la cobertura tanto de los descansos pre y posnatales, fuero maternal y garantizar el cuidado de los niños/as y las familias de nuestro país. En este contexto, actualmente el proyecto de posnatal de emergencia fue considerado admisible por la Comisión Mixta quedando la discusión para ser ratificado por la cámara baja y el Senado, dicha decisión podría constituir una oportunidad para proteger no solo a las madres y sus hijos, sino para otorgar una agencia de cuidados ante la crisis sanitaria evidente en Chile.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, nuestro país cuenta con más de 270.000 contagios informados y más de 5500 muertes, encontrándose dentro de los 10 primeros países con mayor tasa de contagio, sin mencionar otras cifras que posicionan a Chile en los primeros lugares de la tasa de contagios por número de habitantes, además de la falta de datos específicos relevantes desde el punto de vista sanitario como por sexo y género, y desde el ámbito de salud sexual y reproductiva, datos de gestantes y puérperas contagiadas.
Por otro lado, las cifras de violencia intrafamiliar y violencia de género son igualmente preocupantes, en un panorama adverso para la salud mental de todas mujeres. Muestra de lo anterior son los hallazgos del Informe Movid 19 realizado por Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, donde se señala que un 55,8% de las mujeres encuestadas en Chile, indicó que su salud mental se ve empeorada durante el periodo de pandemia y un 49,2% indica que le preocupa que la empresa donde trabajan probablemente quiebre, lo que evidencia el clima de inestabilidad laboral y la ansiedad que produce este escenario pandémico, a lo anterior se suma que salas cunas y colegios se encuentran cerradas aumentando la carga de cuidados para ellas.
Bajo este escenario, nuestra preocupación se extiende desde la dimensión de la salud sexual y reproductiva de la población, a todos los efectos que desde este ámbito esta crisis sanitaria podría conllevar, tales como, la afectación del acceso oportuno a anticoncepción, a métodos de prevención y pesquisa de infecciones de transmisión sexual, tratamiento y prevención de patologías como cáncer de mamas y el cáncer uterino, hasta la salud física y emocional de gestantes, mujeres en etapa puerperal y sus hijos e hijas, cuyos efectos podremos visualizar a inmediato y largo plazo. Lo anterior hace imperativo la toma de decisiones adecuadas y oportunas en el presente para contribuir a subsanar los efectos de esta pandemia en el ámbito de salud antes mencionado.
El puerperio o postparto es una etapa de cuidado tanto para la mujer como su hijo/a, en la cual se pueden activar cuadros transitorios o severos de compromiso de la salud mental, afectando los cuidados del recién nacido o nacida, e incluso la propia salud mental de estos/as últimos/as en etapas posteriores de su ciclo vital; además la lactancia materna en este período, constituye una fuente protectora irremplazable para los/as niños/as desde lo inmunitario hasta lo psicoemocional, por lo cual consideramos que la lactancia materna debe ser protegida especialmente en este contexto de pandemia, otorgando las condiciones necesarias para mantenerla, y así favorecer la inmunidad de los y las lactantes, habiéndose reportado casos graves en este grupo cuyo contagio ha llevado a afecciones respiratorias severas e incluso la muerte.
En este contexto es preciso entender que el posnatal de emergencia constituye una oportunidad de acción preventiva y que impactará a futuro positivamente en la salud de los y las lactantes, así como en las madres, disminuyendo en éstas, además la ansiedad que produce la posibilidad de contagio al salir de sus casas y el riesgo a exponer a otros familiares a una situación de enfermedad. Desestimar una medida de este tipo en una situación pandémica, implica una acción de violencia obstétrica y atentado a la salud infantil, al no procurarse condiciones óptimas para el cuidado materno, así como, para el óptimo cuidado proporcionado por la madre a los y las lactantes.
En Chile, se ha calculado que el posnatal de emergencia beneficiaría a casi 23 mil mujeres, y sus familias, siendo una oportunidad para actuar preventivamente ante este escenario desfavorable, apostando por proteger la vida y el derecho de recién nacidos/as y lactantes a su cuidado óptimo y contribuyendo a la salud física y emocional de la madre y la familia.
En la misma lógica anterior, resulta urgente extender el fuero maternal para brindar tranquilidad y apoyo a las familias y las mujeres que tengan a su cuidado un hijo menor de un año con una enfermedad grave, permitiéndoles continuar con este permiso durante el estado de excepción constitucional.
En base a los antecedentes señalados anteriormente, como matronas y matrones, profesionales de la salud sexual y reproductiva, manifestamos la necesidad de avanzar en la tramitación de la moción parlamentaria de extensión de un pre y posnatal de emergencia y fuero maternal lo que constituye una oportunidad de poner en el centro de las medidas sanitarias el derecho de las madres a cuidar a sus hijos/as y el derecho de hijos e hijas de ser cuidados, asegurando así a las familias chilenas un bienestar actual pero además, apostando por su futuro, en un país que cuenta con un Sistema de Protección a la Infancia, cuyos principios son el de apoyo a la crianza y la protección equitativa del desarrollo de niños y niñas que siente las bases de su posterior desarrollo en la vida, con un Estado garante de los Derechos fundamentales de estos, como son el Derecho a la Salud y el Derecho a la Protección.
En la misma línea se hace imperioso que la discusión de esta medida, no perjudique a las mujeres y familias en cuanto al financiamiento del proyecto, puesto que el Estado además de asegurar el derecho a cuidar y ser cuidado, debe asegurar mecanismos de financiamiento que no perjudiquen la autonomía económica de las mujeres y eviten el menoscabo a su protección económica actual y futura.
Equipo Académico Instituto de Salud Sexual y Reproductiva UACh
Valdivia, 01 de Julio de 2020.-