Es por esto que hacemos un llamado a la autoridad sanitaria chilena, así como a todos y todas los/las actores/as institucionales y comunitarios a desarrollar estrategias de articulación de red que permitan la contención y supresión de nuevos casos de infección por COVD-19, para lo cual es fundamental que cada unidad de nuestra Universidad y territorio determine cómo puede aportar a ese propósito.
Proponemos avanzar en las estrategias que, a jucio nuestro, podrían reducir las curvas informadas por la autoridad:
1.- Confinamiento domiciliario y distanciamiento físico: Resulta imprescindible el confinamiento estricto en los hogares de todos y todas los/las habitantes del territorio nacional y en particular de la población de mayor riesgo. Adicionalmente, se requiere de información oficial que sea transparente y entregada oportunamente, de manera de poder evaluar el impacto de las estrategias implementadas, así como también para avanzar en propuestas más radicales como la “cuarentena nacional total”, el “cierre de pasos fronterizos e interregionales”, etc.
La institucionalidad pública debe garantizar condiciones de seguridad y dignidad para que la población cumpla adecuadamente esa medida, con especial énfasis en poblaciones que viven en condiciones de vulnerabilidad.
También se deben asegurar el adecuado funcionamiento de servicios, así como la distribución de productos básicos, controlando adecuadamente la comercialización de los mismos en coherencia con la situación de crisis santiaria actual.
2.- Aumento de la capacidad diagnóstica de casos sospechosos y y contactos: Es fundamental que el gobierno destine recursos financieros y humanos para aumentar la capacidad diagnóstica de casos sospechosos y contactos, así como también para lograr seguimiento y tratamiento incluso posterior a la recuperación, tanto dentro de la red asistencial como en contextos comunitarios. Para tal objetivo, tanto la red pública, institucional (FF.AA. y universidades), como privada deben coordinar una respuesta coherente y eficaz para el cumplimiento de los protocolos establecidos.
Paralelamente, la definición de “caso sospechoso” debe ser evaluada permanentemente por las autoridades, de manera de aumentar la probabilidad de diagnósticos en corcondancia con el mayor conocimiento respecto al comportamiento e impacto en el control de la transmisión del COVID-19 en el territorio nacional y regional.
3.- Aumento de insumos clínicos y humanos en la red de salud: Resulta urgente proveer de insumos clínicos y humanos en la red asistencial para que los equipos sanitarios puedan cumplir adecuadamente con sus labores de manera efectiva y segura. Se sugiere poner a disposición de quienes atienden a pacientes sospechosos o confirmados de mascarillas N95 y mascarillas quirúrgicas para todos/as quienes se relacionen directa o indirectamente con otros procesos asistenciales, así como de otros insumos imprescindibles como alcohol gel, jabón, viseras, guantes de procedimientos, etc.
Debe aumentarse el número de camas críticas, ventiladores mecánicos, salas de aislamiento, laboratorios diagnósticos, etc. que permitan enfrentar adecuadamente las mayors demandas de la población, a través de la evaluación permanente de las necesidades en cada territorio.
4.- Prevención masiva y focalizada en poblaciones que viven en condiciones de vulnerabiidad y comunicación de riesgos: La respuesta intersectorial se debe expresar en el acceso a campañas educativas y comunicacionales para todos y todas los grupos de la población, con pertinencia cultural/territorial y énfasis en grupos de mayor riesgo. Las instituciones no gubernamentales y universidades deben realizar también promoción y prevención focalizada en sus poblaciones específicas.
Como equipo de trabajadoras/es y académicas/os del Instituto de Salud Pública de la Universidad Austral de Chile nos ponemos a disposición de los/las actores/as y autoridades para aportar y avanzar en el control de la epidemia de COVID-19.
Instituto de Salud Pública
Facultad de Medicina
Universidad Austral de Chile